Los titulados españoles, junto con los checos, en términos relativos, perciben los salarios más bajos de una lista de trece países europeos, y además España, al igual que Italia, está a la cabeza en tasa de titulados viviendo en el hogar paterno cinco años después de acabar sus estudios universitarios. Así se recoge en el informe del Proyecto "El Profesional Flexible en la Sociedad del Conocimiento: Nuevas Exigencias en la Educación Superior en Europa", conocido como REFLEX; la iniciativa se enmarca en el VI Programa Marco de la Unión Europea, y en la misma han participado Italia, España, Francia, Austria, Alemania, Países Bajos, Reino Unido, Finlandia, Noruega, República Checa, Suiza, Bélgica y Estonia.

En Madrid, las conclusiones de este informe han sido presentadas en unas jornadas de dos días, que concluyen hoy, organizadas por el Ministerio de Educación y Ciencia (MEC) y la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), con el soporte técnico del Centro de Estudios en Gestión de la Educación Superior (CEGES) de la Universidad Politécnica de Valencia, y con la asistencia de numerosos especialistas europeos.

Este proyecto coordinado en España por la ANECA y el CEGES, con la participación de 48 universidades (40 públicas y 8 privadas), es decir, el 80 por ciento de los universitarios españoles que obtuvieron su título en el curso 1999-2000 (en el que se centra el estudio), refleja además que los graduados españoles son los menos satisfechos con los estudios universitarios seguidos.

A la cola, en casi todo

Según el informe, "el bajo nivel salarial relativo" de los graduados españoles, comparativamente con Europa, es "muy marcado"; sólo en la República Checa los salarios de los graduados son ligeramente más bajos que en España. En Alemania, Suiza y Noruega casi se duplican los salarios españoles; y en valores reales, las diferencias son "abismales"; por ejemplo, en Suiza, el sueldo medio es superior a 4.000 euros frente a los 1.414 euros (por contrato, sin incluir horas extraordinarias) de los graduados españoles.

En España, como en Italia, los graduados que siguen viviendo con sus padres cinco años después de acabar los estudios superiores representan casi el 40 por ciento, mientras que la cifra en el resto de países incluidos en el informe no llega al 20 por ciento, siendo casi nula en Noruega y Finlandia, y asimismo muy baja en Alemania y Países Bajos.

Junto con Francia, España es el país en el que los alumnos dedican más horas semanalmente a actividades académicas y de estudio. Así, frente a las 37 horas del caso español, en países con estudios superiores "altamente valorados a nivel internacional", como Reino Unido y Países Bajos, la dedicación es de 30 horas por término medio.

Entre los graduados europeos, los españoles son los menos satisfechos con los estudios realizados, y sólo el 50 por ciento declara que volvería a estudiar la misma carrera en la misma universidad, frente a porcentajes superiores al 60 por ciento en casi todos los países. Además el 10 por ciento de los españoles opina que no volvería a seguir estudios de ningún tipo (este porcentaje es casi nulo en el resto de países); el resultado podría explicarse por la mala situación laboral de algunos graduados en España, según el informe.

España es el país en el que los titulados manifiestan "con más énfasis" la poca utilización que hacen en el puesto de trabajo de las competencias adquiridas, y los españoles son los graduados con menor movilidad internacional por motivos de estudio. Como mayores carencias apreciadas en sus trabajos con respecto a lo que desearían, los titulados españoles se refieren a disponibilidad de tiempo, a las perspectivas profesionales, a los ingresos elevados y la estabilidad laboral.