Elegante y con una amabilidad exquisita, Carlos Falcó y Fernández de Córdova, Marqués de Griñón, pasó ayer por Cáceres para ofrecer en el restaurante Oquendo una cata de aceite de oliva y vino a profesionales de la restauración y personalidades de la sociedad extremeña. Como si de un embajador del vino se tratara, el exmarido de Isabel Preysler dio a conocer los nuevos productos de la marca que llevan su nombre procedentes de pagos, exclusivos de fincas que producen aceitunas y uvas elaboradas en el mismo lugar.

Presidente de una asociación nacional que agrupa a los grandes pagos de España, el Marqués de Griñón reparte los suyos entre Toledo y Navalcarnero (Madrid). "El hecho diferencial con otros vinos que comercializo es que estos son de alto nivel y con una pequeña producción", subrayó, en comparación con los que también produce de su marca en La Rioja. Con cuatro variedades de uva en el mercado --Cabernet Sauvignon, Syrah, Petit Verdot y Graciano--, las bodegas de Carlos Falcó importan a más de 40 países con una producción anual de 300.000 botellas de la Denominación de Origen Dominio de Valdepusa, en una finca de Castilla-La Mancha, y en la madrileña de El Rincón, cerca de la Autovía de Extremadura, de entre 50.000 y 60.000 botellas.

Ingeniero agrónomo y pionero en la modernización de la viticultura en España, el marqués lleva ligado a este mundo 33 años. Ayer se confesó un gran conocedor de los caldos extremeños gracias a sus amigos bodegueros en la región y a hosteleros como José Polo, de Atrio. "He visto su evolución y me parece magnífica. Cada año se van logrando unos vinos con más personalidad y con más atractivo desde el punto de vista gastronómico. No tengo la menor duda de que son unos vinos que ya se están abriendo paso a nivel internacional", indicó.

En su afán por encontrar nuevos mercados, Falcó ha apostado también por ofrecer su propio aceite hace solo cuatro años. Está satisfecho con el "éxito" del producto en las tiendas de gourmets y en los restaurantes de alto nivel. Junto a sus hijos mayores, en especial Sandra, jefa de márketing, ha logrado asegurar el futuro del proyecto y se muestra ilusionado en seguir investigando para hallar más variedades. A finales de año lanzará el más ambiciosa: un vino de Rioja de la variedad Graciano.

Crítico con el polémico anteproyecto de la Ley del Vino, al marqués le pareció "mal" e hizo alabanza de sus bondades porque, dijo, "se trata de un producto demasiado importante desde el punto de vista histórico, cultural y turístico y para los miles de familias que trabajan en el sector". En su despedida, no descartó invertir en un futuro en Extremadura como demostración de su afán por defender la calidad de los caldos españoles. El Marqués de Griñón predica con el ejemplo.