El torero Julio Aparicio, herido ayer "muy grave" en la plaza de Las Ventas con una cornada en el cuello, acaba de salir del quirófano, donde ha sido operado por segunda vez por espacio de casi seis horas, una intervención en la que, según los médicos, "todo ha ido bien". Todavía no hay parte médico oficial, aunque se ha anunciado que hacia las diez de la mañana se hará público uno, pero los doctores han explicado a la familia que "la operación ha sido muy laboriosa, y aunque hay que esperar a ver cómo evoluciona en las próximas horas, las esperanzas son muy buenas". Son palabras del mozo de espadas del torero, Francisco José García "Niño de Las Ventas", que ha estado todo este tiempo en la antesala del quirófano del Hospital Doce de Octubre de Madrid donde se ha llevado a cabo la operación. García informó a EFE de que "los médicos insisten en que no habrá secuelas importantes, ni tienen porqué presentarse situaciones críticas". "Lo único, la recuperación, que será muy lenta, como ya nos avanzó el doctor Máximo García Padrós, que le había intervenido en primera instancia en la enfermería de la misma plaza de Las Ventas. Todo va ser cuestión de paciencia", insistió el mozo de espadas. La cornada que sufrió Aparicio a la altura del cuello, le atravesó hasta asomarle el pitón por la boca, afectándole a la lengua, el paladar y el maxilar superior, "en una zona muy delicada, rompiéndole muchas 'piezas' muy pequeñas, en cuya reconstrucción han trabajado los médicos todo este tiempo", dijo "El Niño de Las Ventas". "Pero lo importante es que después del drama lo contamos. El maestro descansa ya aparentemente. Dentro de cinco o seis horas sabremos más. Esperemos que sigan las buenas noticias. Poco a poco se avanzará, como han dicho los médicos", finalizó. Una de las primeras incógnitas en despejar por parte de los médicos fue que, pese a la extrema gravedad, no hubo lesiones cerebrales, descartándose las mismas en un TAC y un escáner practicados tras la primera intervención en la plaza y antes de haber entrado por segunda vez a la mesa de operaciones. El único parte facultativo que hay de Aparicio, facilitado tras la primera operación en la plaza, detalla que sufre una herida "en región submandilar con una trayectoria ascendente que penetra en cavidad bucal, atraviesa la lengua y alcanza el paladar, produciendo fractura del maxilar superior". La cornada se produjo al perder el torero pie durante la faena de muleta al primer toro de la tarde, que hizo por él cuando estaba en el suelo, y alcanzándole de lleno con un pitonazo seco y certero.