Ayer se inauguró la plaza de toros de desmontable de Moraleja con la prestigiosa ganadería de Miura. En el festejo inaugural se vivió el triunfo de Madrid Carlos Guzmán, y se rozó la tragedia, cuando el joven colombiano Santiago Naranjo fue cogido de mala manera por el tercer Miura al repetir la suerte suprema. Por esta circunstancia, sólo pudo matar un novillo.

Carlos Guzmán cortó una oreja al novillo que abrió plaza, un cárdeno justo de fuerzas y empuje, pero noble. Inteligente, le sacó tandas a media altura por el buen pitón derecho. El cuarto fue un precioso sardo, que se enteró rápidamente y se acordaba de lo que se quedaba atrás. Le dio sitio en el primer cite, y le perdía pasos. Así logró alguna serie corta.

El mejor novillo fue el sexto, aunque no duró mucho. Pero iba largo, lo que permitió a Guzmán cuajar varias series en redondo con la diestra. Soberbia la estocada, completó el madrileño la tarde.

Santiago Naranjo no pudo pasear las dos orejas que cortó al tercero, pues pasó al quirófano móvil que se instala en estos festejos. Llevaba una cornada muy aparatosa en la ingle tras entrar a matar.

Ese novillo no se entregó nunca. Banderilleó el novillero con ganas y acierto en algún par, y en la faena el Miura no humilló nunca. Decidido con él y sin dudarle, le llevó por ambos pitones en lo que fue una faena larga.

Julio Parejo tuvo un lote difícil. Su primero sacó genio. Se tragaba el primer muletazo por inercia, pero rápido se acordaba de quien estaba tras de la tela. Estuvo solvente con él. El quinto prometía de salida, pues lo toreó bien a la verónica el diestro pacense. Pero fue un espejismo, pues aunque acudía al cite, reponía rápidamente. Valiente Parejo con él, fue una faena meritoria por las dificultades del animal. Paseó un trofeo.