TLtos tópicos son mentira e insultantes, por eso la gente los rechaza. De acuerdo. Si yo fuera alemana, por ejemplo, no me gustaría nada que dijeran que tengo la cabeza cuadrada y soy rígida como un trozo de hierro. Falso. Hay alemanes simpáticos. No todos trabajan sesudamente ni son secos y distantes como la Merkel , esa perdedora. Vete a Berlín de noche y verás que allí bailan y beben tan felices. Con esta tierra ocurre que todavía hay quien cree que es un lugar lleno de cerdos, encinas y señoritos de los santos inocentes --una atroz tergiversación de la realidad: la novela versaba sobre Castilla--. Deberían venir más a menudo a constatar que, después de casi treinta años de sucesivos e idénticos gobiernos, la dehesa ya no es lo que era. La hemos sacado de toda penuria a base de revestirla de placas solares que brillan a lo lejos como lentejuelas de vedette. El agua de los ríos, que solo servía para regar exiguas parcelas sembradas de frutales, hoy da cobijo a hermosas termosolares que --dicen-- transformarán nuestro paisaje en horizonte de modernidad y riqueza. Nos separamos de nuestra vetusta producción ligada al agro: por fin hemos conseguido cambiar jamón por voltios y concentrado de tomate por amperios. De señoritos, lo más parecido que queda son unos tipos colocados en empresas que viven de lo público y se denominan exaltoscargos, cuyo título ya no es herencia de familia, sino de partido. Sin embargo, a pesar de nuestra obvia modernidad y la falsedad manifiesta de los tópicos, no sé por qué me viene a la cabeza el retorno de una larga hilera de paisanos hacia Alemania en busca del milagro extremeño imposible de encontrar aquí. Como en el más rancio de los tópicos.