Un gran ejemplar de tortuga laúd, una especie de gran rareza en la costa catalana, apareció muerta el pasado martes en la playa de Calella (Maresme) en avanzado estado de descomposición. Debido a su enorme tamaño -dos metros de largo y más de 200 kilos de peso-, pasa su retirada fue necesaria la ayuda de una grúa.

Se trata del segundo ejemplar de la misma especie que aparece varada en la costa catalana este mes de septiembre. La anterior tortuga fue rescatada por unos pescadores en Vilanova i la Geltrú tras quedar atrapada en sus redes, como informaron los Agentes Rurales de la Generalitat (Departament d'Agricultura).

Debido a su mal estado de conservación y para evitar problemas de salubridad, la tortuga de Calella hubo de ser llevada directamente a un vertedero. Se desconocen las causas que le ocasionaron la muerte.

La tortuga laúd o 'Dermochelys coriacea' es un quelonio de ámbito cosmopolita -presente en todos los mares de la Tierra, salvo los de latitudes polares-, pero los avistamientos en el Mediterráneo son muy escasos. En la costa catalana "solo se tiene constancia de una decena de ejemplares en los últimos 120 años", explica el biólogo y consultor ambiental Pere Alzina.

Núcleos de cría

Los principales núcleos de cría se sitúan en las Guayanas-Surinam, Costa Rica, África occidental y Malasia, dice Alzina, "pero en líneas generales es una especie muy poco estudiada". "Que un ejemplar llegue hasta aquí -prosigue- significa o bien que ha recorrido una gran distancia, algo compatible con su fisiología, o bien que hay algún núcleo más cercano pero del que no se tienen noticias. Quizá algún punto del norte de África". Alzina recuerda que la bibliografía destaca puntos de puesta en Sicilia y la península Balcánica, pero posiblemente se trate de avistamientos muy antiguos.

La tortuga laúd es la mayor de las tortugas marinas, con ejemplares que pueden llegar a pesar 900 kilos en casos extremos. Marina Andrés, especialista del Centro de Recuperación de Animales Marinos (CRAM), recuerda que en 2011 les llegó a las instalaciones una tortuga de 420 kilos.

Es también un animal pelágico, "que puede llegar a profundidades de hasta mil metros", destaca. En el Mediterráneo se detectan también otras dos especies de quelonio, concluye Marina Andrés: la más habitual, la tortuga boba ('Caretta caretta'), y la tortuga verde ('Chelonia mydas'), también muy escasa.