La conducción bajo los efectos de las drogas dejará de quedar impune a partir del próximo año. La Dirección General de Tráfico (DGT) anunció ayer que durante el 2005 prevé aprobar las reformas legales y la compra de los equipos necesarios para implantar de modo sistemático los controles de estas sustancias en las carreteras.

Los cambios de normativa son imprescindibles porque los detectores de droga no pueden funcionar del mismo modo que los etilómetros. Ni son tan precisos como éstos, ni se puede establecer un índice genérico para todos los compuestos, como en el caso de la alcoholemia.

Para sortear estos inconvenientes, la reforma legal establecerá que todo aquel que dé positivo será sancionado, según explicó el coronel jefe de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, Antonio Calle. No habrá ningún margen de tolerancia, como con el alcohol, con el que hay que superar una determinada tasa. El único modo de sortear la sanción será no haber ingerido ningún tipo de droga. Ni siquiera un canuto.

Todos los conductores que den positivo serán trasladados a un centro sanitario para ratificar el dictamen. Ahí se medirá, además, si la cantidad ingerida puede influir claramente en la conducción.

Si el resultado también es positivo, el detenido pasará a disposición del juez para que éste decidida si se le aplica el Código Penal.

Por otra parte, la campaña navideña de sensibilización contra los accidentes suele ser tener un carácter amable y este año la DGT ha mantenido la tradición. Tú eres el mejor regalo para los que te esperan es el lema que se oirá en todas las televisiones.