Nada más volver a la Dirección General de Tráfico (DGT), Pere Navarro, impulsor del carnet por puntos en la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero, ya avisó de que conviene «hacer balance, actualizar y retocar» este permiso de conducir, uno de los instrumentos más valiosos para reducir la siniestralidad, pero que, en su opinión, toca comprobar que no se ha quedado obsoleto.

Y es que, desde que entró en funcionamiento, el 1 de julio del 2006, ha habido cambios en los comportamientos de los conductores, entre otros un incremento del uso del móvil al volante. Hace 12 años, no había Whatsapp y ahora la famosa aplicación está detrás de buena parte de los accidentes motivados por la distracción del conductor.

Por atajar este problema, Navarro adelantó ayer que planea aumentar el número de puntos que se pierden por esta causa, «para que la gente sea consciente del riesgo» que conlleva. En la actualidad está fijado en tres, mientras que el alcohol puede suponer la pérdida de seis. Fuentes de la DGT avanzan a EL PERIÓDICO que la utilización del teléfono podría penalizarse con entre cuatro y seis puntos esta legislatura.

Una medida que apoyan los expertos en accidentes. Por ejemplo, Tomás Santa Cecilia, director de seguridad vial del Real Automóvil Club de España (RACE), considera «urgente» aumentar las sanciones y que se eleve a seis la disminución de puntos, así como que se hagan campañas de concienciación.

Navarro quiere implicar a las compañías de telefonía en la tarea de informar sobre los riesgos al volante y en la generalización del modo coche, una herramienta similar al modo avión, que ya han introducido algunas marcas e impide la utilización de las aplicaciones que te obligan a tocar el teléfono. «Me tiene fascinado que, cuando subes al avión, apagas el teléfono y es más peligroso usarlo en el coche», argumentó Navarro en una entrevista en RNE.

Algunos países, como EEUU, ya han pedido a las operadoras que introduzcan un modo de utilización seguro en la conducción y algunas firmas han desarrollado modelos que se conectan al coche por Bluetooth o detectan el movimiento del vehículo, de forma que bloquean las aplicaciones de mensajes y, en cambio, permiten uso en manos libres para contestar llamadas, escuchar música o como navegador.

Según un estudio del centro de estudios Axa-Ponle freno difundido ayer, un 53% de los conductores reconoce usar el teléfono y, de ellos, un 16% para leer mensajes, pese a que multiplica por 3 el riesgo de accidente y enviar un texto hasta por 23. De hecho, según la DGT, las distracciones estuvieron detrás del 25% de los accidentes y del 31% de los fallecidos en el 2016.

EL EJEMPLO DE FRANCIA / El director de Tráfico avanzó que baraja rebajar la velocidad máxima en las carreteras secundarias. «En Francia, desde el 1 de julio, han bajado a 80 kilómetros hora y nosotros tenemos tramos a 100. No hace falta que diga más», sugirió, para a continuación añadir que disminuir la velocidad en vías secundarias «será uno de los elementos centrales» en su gestión.

Fuentes de Tráfico concretan que no se baraja una disminución generalizada en las vías a 90 km/h, sino reducir los trayectos limitados a 100km/h. Además, se obligará a reducir la velocidad, al menos en 20 o 30 km/h, cuando un conductor vaya a adelantar a un ciclista.

La reducción de los límites en las vías secundarias, no cuenta, por contra, con consenso entre conductores y especialistas. El RACE ve más adecuado actuar sobre la conservación, la gestión, la formación y apostar por las nuevas tecnologías para que España vuelva a ser líder.

Y es que en su anterior etapa al frente de la DGT, Navarro logró una disminución de un 55% de los siniestros. Si bien, la tendencia bajista se rompió en los últimos años del gobierno del PP. Según el balance del 2017, perdieron la vida en las carreteras 1.830 personas, 20 más que en el 2016. El nuevo director de Tráfico achacó ayer el aumento al «deterioro de los servicios públicos» que provocó la crisis y puso como ejemplo la reducción en 1.000 efectivos de los guardias civiles de tráfico.

Navarro considera que la siniestralidad «ha perdido prioridad dentro de la agenda», una situación que él pretende cambiar con su vuelta a la dirección general y los cambios en el carnet por puntos.