Cuatro años después, la historia se repite. El Gobierno se plantea dar otra vez marcha atrás a una de los aspectos más relevantes de su plan para atajar el alarmante aumento de la siniestralidad de los motoristas: el que prescribe que a partir del 1 de septiembre la edad mínima para conducir ciclomotores suba de 14 a 15 años. "No nos cerramos en banda" a una moratoria, reconoció ayer en el Congreso el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien dijo que había recibido presiones para aplazar la entrada en vigor de la norma desde tres frentes distintos: los grupos parlamentarios, la industria del sector y la Generalitat, que, según explicó, "ha hecho sucesivas aproximaciones a este tema".

Desde la Generalitat, la presión la ejerce la presidencia, que parece haber asumido los argumentos de los fabricantes. En los últimos tiempos, ha estado en contacto con el ministerio para tratar de persuadirle de que, en un momento de crisis, una ley como la que eleva la edad mínima para conducir motos de más de 50 centímetros cúbicos de cilindrada no es recomendable, ya que puede conllevar una pérdida de puestos de trabajo.

A principios de mayo, Juan Carlos Andrés, presidente de Anesdor, la patronal de los fabricantes de motocicletas, sostuvo que "la viabilidad de algunas compañías históricas estará seriamente comprometida" si el plan para los ciclomotores se pone en práctica. Sus presiones parecen estar surtiendo efecto, como ya ocurrió en el 2004. Entonces, el equipo de la Dirección General de Tráfico (DGT), tras tomar posesión, anunció su intención de subir la edad mínima, pero la industria del sector consiguió una moratoria que ha durado cuatro años y ahora amenaza con alargarse todavía más.