Cuesta entender cómo alguien puede estar satisfecho y feliz con 54 muertos a sus espaldas. Planteémoslo de otra manera. El responsable de la Dirección General de Tráfico (DGT), Pere Navarro, tenía ayer 45 muertos menos en las carreteras españolas que el año pasado por las mismas fechas, en un retorno que se vio complicado por la nieve, el viento y la lluvia.

El descenso del 45% en la mortalidad vial --a falta de un día entero de mucha movilidad en algunas comunidades para cerrar el balance-- rompe el maleficio de la Semana Santa. El año pasado, que terminó con el 35% menos de muertos en las carreteras, las minivacaciones se cerraron con 103 fallecidos. Apenas siete menos que en la Pascua del 2006.

Y eso que la vuelta no fue fácil. Las importantes retenciones a media tarde de ayer se mantenían a las 20.00 horas. Una de las carreteras con más dificultades era la A-6 con dirección a la capital española, con tráfico irregular y retenciones de más de 20 kilómetros.

También la AP-7 registraba entre 13 y 17 kilómetros de tráfico lento en Tarragona, con dirección a Barcelona. Otras provincias, como Sevilla, Cádiz, Girona, Jaén, Valencia o Barcelona, tenían asimismo problemas circulatorios, si bien no son significativos en la mayoría de los casos. El mal tiempo, sobre todo la nieve, obligó a cerrar una docena de puertos de montaña del extremo norte peninsular.

Hay un elemento fundamental para analizar la siniestralidad de esta Semana Santa. Es la primera desde la aplicación de la reforma del Código Penal en materia de tráfico. Mucho más que el carnet por puntos, a criterio de Navarro, la reforma legislativa ha servido para hacer entrar en vereda a los infractores.

El efecto disuasorio es incuestionable. Para quitar dos puntos, la Administración invierte hasta seis meses de trámites, recursos y esperas. Cometer un delito al volante tiene una respuesta inmediata de 72 horas. Plazo en el que se celebra un juicio rápido. Si el conductor se conforma con el castigo, sale del juzgado con la pena bajo el brazo y sin carnet de conducir.

EN EXTREMADURA A nivel regional, los accidentes contabilizados en Semana Santa causaron cuatro muertos y diez heridos graves. El percance más grave fue el registrado en Santa Marta de los Barros el pasado lunes por la noche. En él perdieron la vida tres personas --dos mujeres y un varón--, todas menores de 25 años. Dos de los fallecidos eran de Usagre, mientras que la tercera víctima, otra mujer, residía en Badajoz. El percance también provocó heridas graves a otras dos personas.

La cuarta muerte se produjo el Viernes Santo en las cercanías de Esparragalejo, y le costó la vida a un motorista de 18 años que circulaba sin casco. Por otro lado, en la madrugada de ayer un joven de 22 años resultó herido grave en un accidente de tráfico que ocurrió cuando el vehículo en el que viajaba, un Ford Escort, se salió de la carretera CC-142, que une la localidad cacereña de Torreorgaz con el pantano de Valdesalor.