Una micronación en el Mar del Norte, un antiguo fuerte militar que en poco más de medio siglo de vida ha sido testigo de batallas, secuestros, golpes de estado y gobiernos en el exilio, busca nuevos dueños. 550 metros cuadrados con vistas a las costas del Reino Unido y constitución, familia real, equipo de fútbol y moneda oficial, aunque para coleccionistas. Un lujo que Inmonaranja, una inmobiliaria granadina, pone al alcance de los capaces de pagar una cifra de más de nueve dígitos --la promotora no quiere revelar el precio del traspaso-- y, requisito fundamental, aprueben los estatutos del país.

El responsable de Inmonaranja, Gabriel Medina, explica que, tras especializarse en la venta de islas, contactó con la familia Roy Bates, los propietarios de Sealand para saber si estaban interesados en su venta. "Todos los que preguntaban por las islas comentaban, medio en broma, si sería posible convertirse en reyes de las mismas y crear su propia nación", explica Medina. "Así que pensamos en lugares donde cumplir este deseo y encontramos lo más parecido a un país".

Medina inquirió a los Bates por la posibilidad de algún tipo de alquiler o venta, aunque esta opción se descartó rápidamente ante la falta del título de propiedad de Roughs Towers, el nombre original de Sealand, una plataforma antiaérea construida por la Royal Navy en 1942, en plena Segunda Guerra Mundial, y situada a 10 kilómetros de la costa de Suffolk, en Gran Bretaña. La base, una superestructura de dos torres huecas unidas por una cubierta ya deshabitada, formó parte de un conjunto de fuertes defensivos. En 1967, fue ocupada por los Bates, quienes residen allí con su hijo y otros dos acompañantes.

Tras meses de negociaciones, la familia mostró su intención de "traspasar" la plataforma, aunque, más allá de su precio multimillonario --el metro cuadrado se vende a más de un millón de euros, dice Medina--, los nuevos inquilinos deben reconocer los estatutos, que serán modificados para recoger el traspaso. Los destinatarios principales son empresas que quieran domiciliar allí su negocio y no pagar impuestos o evitar otro tipo de controles. De hecho, Sealand es conocido como el "paraíso digital", por ser la sede de una empresa informática, Heavenco, que aloja numerosas web. Eso sí, conforme a la carta magna local, nada de pornografía, pero sí casinos on line o portales de ventas.

Sin embargo, quien adquiera Sealand formará parte de una de las historias más curiosas de las últimas décadas. Pese a que este reino no ha sido reconocido oficialmente por ninguna nación, es uno de los casos más estudiados en Derecho Internacional como ejemplo de disputa de un territorio, pues, en el momento de su creación, estaba ubicado en aguas internacionales. En 1967, la base fue ocupada por Paddy Roy Bates, un presentador de una radio pirata que reclamó su soberanía.

El ataque al buque

El primer incidente a cuenta de la propiedad ocurrió un año después, cuando el hijo de Bates, Michael, fue juzgado tras atacar a un buque inglés que intentaba acercarse a Sealand para arreglar una boya. Sin embargo, la Corte de Essex declaró que el incidente había ocurrido fuera de las aguas territoriales británicas y que, por tanto, no tenía jurisdicción.

Los conflictos han llegado hasta a España, donde se intervinieron pasaportes a estafadores que alegaban tener inmunidad diplomática con documentos de Sealand. La Guardia Civil desmanteló en el 2000 una red de 60 personas, instaladas en una supuesta embajada.