Los trastornos de conducta durante el sueño en la fase REM, cuando es más profundo, son un síntoma de alerta de posibles futuras enfermedades neurodegenerativas como el párkinson, algunas demencias, la atrofia multisistémica o el deterioro cognitivo leve, según un estudio que ayer hizo público la unidad multidisciplinar del sueño del hospital Clínico de Barcelona. Este estudio se publicará en julio en la prestigiosa revista The Lancet Neurology .

Alex Iranzo, coordinador del trabajo, explicó que el estudio se basa en el seguimiento desde 1991 de 44 pacientes diagnosticados con un trastorno de sueño durante la fase REM.

Los resultados de este estudio señalan que el 45% de esos pacientes acabó desarrollando con los años (entre siete y diez después del diagnóstico) alguna de esas patologías neurodegenerativas.

PORCENTAJE Es un porcentaje muy elevado si se tiene en cuenta que son enfermedades que afectan a menos del 1% de la población mayor de 60 años, según Joan Santamaria, neurólogo y coordinador de la unidad del sueño.

También son los mayores de 60 años y especialmente los hombres los que sufren trastornos del sueño profundo.

Todo el mundo pasa por una mala noche, tiene pesadillas, se despierta inquieto de sopetón, cae de la cama o sufre rampas en las piernas. Son trastornos puntuales sin más consecuencias. Los problemas reales con el sueño surgen cuando "en lugar de soñar cosas agradables o neutras, se sueñan pesadillas prácticamente todas las noches", explicó Iranzo.

PUÑETAZO El especialista refirió el caso de un paciente que dio un puñetazo --y que provocó unas secuelas físicas evidentes-- a su esposa y compañera de cama para defenderla, porque soñaba que la atacaban precisamente a ella.

Cuando llega la pesadilla en la fase REM la persona con trastorno diagnosticado puede gritar, dar patadas, golpear la mesita de noche, moverse agitadamente o caer de la cama. "La causa de este comportamiento no la conocemos", precisó Iranzo, pero podría deberse a que las células del sistema nervioso central "funcionan mal", precisó.

LOS TRATAMIENTOS Para paliar este comportamiento nocturno anómalo hay tratamientos farmacológicos, psicológicos (a veces el trastorno del sueño es síntoma de una depresión), quirúrgicos (en el caso de ronquidos) y hasta mecánicos (una máquina de aire a presión consigue abrir las vías aéreas e impide las apneas).

Pero para lo que de momento no hay solución es para evitar que estos trastornos del sueño no acaben siendo en el 45% de los casos una patología neurodegenerativa.

Aún no existe un fármaco que pueda tranquilizar a una población que se considera de alto riesgo y que son las personas que duermen muy mal.