Tres años de sequía, y como consecuencia de hambruna, han puesto a casi todos los países del Cuerno de Africa en una situación extrema. 20 millones de nómadas y pastores de Etiopía, Yibuti, Somalia, Kenia, Eritrea y Tanzania están al borde de la inanición, tras ver morir a sus camellos, cabras y cebús. La ONU hizo ayer un llamamiento para que los países ricos aporten 350 millones de euros (58.235 millones de pesetas) que permitan frenar esa anunciada catástrofe. Una cifra de dinero pensada para salvar sólo a 8 de los 20 millones de seres que están amenazados.

Condena a muerte

"La sequía ya dura desde hace tres años, los oasis se han secado, el agua está a 100 metros bajo tierra y la tecnología de que disponen sólo les permite hacer pozos de 50 metros, el suelo es duro como el asfalto. Es una catástrofe que reclama una intervención urgente de la comunidad internacional para enfrentar la condena a muerte de estos pueblos milenarios", clama el suizo Jean Ziegler, relator de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU para el derecho a la alimentación.

Ziegler agrega que las agencias de la ONU requieren ese dinero para que las personas y los animales puedan tener agua y comida, pero advierte que también hacen falta vacunas y antiparasitarios. "En esa región --dice Ziegler-- se ha destruido el ecosistema y las pocas infraestructuras que hay son inoperativas". "Deberán crearse nuevas redes de riego", concluye.

En Somalia, las zonas más afectadas son las del centro y sur del país. En Gedo, Bay, Bakol y Jubba, el ganado está quedando diezmado y la gente se queda sin comida. Además, los conflictos armados, que han provocado un flujo de exiliados etíopes en Somalia y de somalís en Kenia, ensanchan el drama. En los campamentos de refugiados de Sudán, los almacenes de la ONU ya no pueden garantizar las 2.200 calorías diarias por persona que estipula la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una cantidad adecuada para sobrevivir.

Anders Johnson, Secretario General de la Unión Interparlamentaria (UIP), que congrega a 143 parlamentos de todo el mundo, ha lanzado desde Ginebra un llamamiento a sus miembros para que presionen a sus gobiernos. "Exhortamos --dice-- a un gesto humanitario y político, porque está muriendo gente por falta de ayuda".

La Federación Internacional de la Cruz Roja ha puesto en marcha desde su central de Ginebra un plan para aportar un apoyo directo a 800.000 africanos vulnerables en los próximos seis meses en Kenia, Ruanda, Eritrea, Etiopía y Burundi. Para ello necesita 13 millones de euros (2.163 millones de pesetas), de los que de momento sólo ha conseguido el 20%.

Estas situaciones, además, suponen un riesgo para la paz. El subsecretario general de la ONU, Jan Egeland, dijo ayer: "Si actuamos e invertimos en seguridad alimentaria o agua y saneamiento, invertiremos en la paz para toda la región".