FICHA:

Enrique Ponce: de grana y oro. Pinchazo, media estocada y cuatro descabellos (ovación). Pinchazo y estocada caída (dos orejas).

Antonio Ferrera: de azul turquesa y oro. Estocada caída y descabello (dos orejas). Pinchazo, media muy baja, media caída y atravesada y tres descabellos (ovación tras aviso).

El Juli: de tabaco y oro. Dos pinchazos, bajonazo, otro pinchazo y dos descabellos (ovación tras aviso). Pinchazo y estocada trasera (dos orejas). Plaza: Mérida. Casi dos tercios de entrada. Los tres toreros salieron a hombros.

El muy bondadoso público emeritense quiso que los tres toreros salieran a hombros. Y lo consiguió pues aunque la espada casi nunca fue certera, se pidieron con fuerza las orejas, las que concedió el palco.

Ponce lleva 29 temporadas como matador de toros, siempre en la cumbre. Algo único en la historia del toreo esa persistencia como figura indiscutible, sin decaer en la estima de unos aficionados que ayer estuvieron con él.

Burraco, de alegre galope el toro que abrió la corrida. Desigual en el capote del valenciano, parecía que humillaba por el pitón izquierdo pero salía distraído. Toro bien hecho, tomaba mejor la tela por ese pitón, por el que empujó en el caballo con el defecto de ir con la cara alta. Magnífica la lidia de Mariano de la Viña.

Comienzo de faena propio de Ponce, llevando al astado hacia delante sin obligarlo, para seguir en redondo a media altura. Era lo que quería el burel, que tenía un punto de aspereza. Segunda tanda con la diestra, repetía el toro, que acusaba falta de clase, sobre todo porque no humillaba.

Faena de mucho eco en los tendidos, a tono con las condiciones del de Santiago Domecq, a media altura y casi toda por el pitón derecho, con temple al correr la mano en lo que fueron series ligadas. Mal con los aceros, Ponce fue ovacionado.

Colorado girón y axiblanco el cuarto. Menos toro que sus hermanos, estrecho de sienes, tomó bien el capote de Ponce. Apretó de bravo en el caballo de José Palomares y esperó en banderillas.

Brindis al público, el animal no andaba sobrado de fortaleza. Sin atacarlo, Ponce comenzó a llevarlo hacia delante. Decía poco el toro mas tenía nobleza. Gran tanda al natural, a esas alturas del trasteo el maestro le bajó la mano. Siguió con la zurda, solventando la falta de ritmo del burel, que parecía no tener dos embestidas iguales.

Pero Ponce va haciendo los toros y con un sentido magnífico del temple los hace ir a más. Es lo que sucedió con un astado que sólo veía una muleta que no llegaba nunca a alcanzar. Faena muy larga, con la naturalidad y la estética que adornan a este toreo, rematada con pinchazo y estocada caída. Dos orejas.

También Antonio Ferrera, por méritos propios tiene el favor de los aficionados. Era astiblanco pero alto de agujas y hecho cuesta arriba el primero de su lote, que repitió sin acabar de humillar en el capote. Apretó, derribó al caballo y blandeó a la salida.

Ovación de gala cuando el torero tomó las banderillas. Rehiletes adornados con la bandera de España el primero y de Extremadura los restantes. Gran tercio el que protagonizó Ferrera, el primer par de poder a poder, al cuarteo el segundo y de gran riesgo por los adentros el tercero. Lucía el magnífico tranco del animal, de brava condición.

Inicio de faena con pases de tanteo y sin más en redondo, mano baja, el animal tenía fijeza y repetía pero andaba justo de fuerzas. Series por el pitón derecho ligadas, sin acabar de bajar la mano a un astado encelado y codicioso. Serie al natural muy lograda, el toro se desplazaba y el torero le corría la mano con limpieza. Final en cercanías con completa conexión con los tendidos, tanta que le cantó Miguel de Tena. Dos orejas.

Con una larga cambiada de rodillas junto a tablas recibió Ferrera al quinto. Toro terciado, distraído al principio, al que el torero enceló en el capote jugando los brazos pero también andándole en el que es un toreo muy personal. Toro que se empleó en el caballo. Buen tranco del animal en el segundo tercio y espectáculo de Ferrera con los palos,

De rodillas lo tomó con la muleta, para seguir de pie, vertical el torero. Y en esas se volvió a arrancar Miguel de Tena con un bello fandango. Siguió Ferrera con la diestra llevando a un burel que hizo ademán de rajarse. Toro de muy poca raza, noble pero sin transmisión, con el que se encontró fácil y a gusto el diestro en la que fue una larga faena.

Engatillado de pitones el sobrero que saltó al ruedo como tercero. Alto de agujas, se empleó lo justo en el capote de El Juli y apretó en el caballo. Chicuelinas en el quite faltas de suavidad, lo que hace que seán más bien un recorte.

Comienzo de faena sometiendo al animal por abajo, con el remate de la trincherilla. Pronto con la diestra por abajo, toques firmes para vencer la tendencia del toro a distraerse, corría la mano arrastrando casi media muleta. Al natural de uno en uno, le costaba repetir al burel, y otra vez por el pitón derecho. A menos y arrimón de El Juli. Toro noble pero de poca raza. Sin acierto con la espada.

Terciado el toro que cerró la corrida, dobló humillado en las verónicas de recibo de El Juli. Era un buen toro, muy bien lidiando por Álvaro Montes, y lo confirmó en la muleta de su matador. Le daba sitio y el animal galopaba. Buenas las primeras series con la mano derecha, muletazos de trazo largo y mano baja, entrega del toro y temple en esa primera mitad de faena.

A menos el astado, El Juli lo tomaba más en corto. Pinchazo y estocada pero el público quría ver a los tres toreros por la puerta grande.