El misterio de la maleta mexicana no podía caer en mejores manos. Trisha Ziff no solo es comisaria de fotografía contemporánea, sino que mantiene vínculos familiares (está casada con el fotógrafo Pedro Meyer, que nació en Madrid pero se exilió con sus padres a México), ideológicos y emocionales con el bando republicano de la guerra civil. Su hijo pertenece a la primera generación de hijos de exiliados españoles nacidos en México.

--Felicidades.

--Gracias. Esto no pasa muchas veces en la vida.

--¿Es el hallazgo más emocionante de su carrera?

--Bueno, en esta historia solo soy el mensajero. Lo más emocionante fue cuando finalmente tuve las cajas en mis manos. Abrí una, desenrollé un carrete con mucho cuidado y lo miré a contraluz. ¡Era un retrato de la Pasionaria de Robert Capa! Durante mi infancia yo tenía dos heroínas: La Pasionaria y Edith Piaf. Ver cómo la luz se filtraba a través del retrato fue como si desenterrara el pasado.

--¿Solo miró un carrete?

--Unos cuantos. Vi un bellísimo retrato del joven Lorca y lo que más me gustó fue la serie de cuatro negativos de Gerda Taro que Robert Capa tomó mientras ella dormía.

--Durante años, la persona que atesoraba este material no quiso mostrarlo. ¿Cómo le convenció?

--Esa persona era muy consciente del valor de lo que tenía y jamás lo vendió. Esperaba devolverlo con dignidad y mi papel era crear ese espacio. No hice mucho más que agradecerle el haber protegido los negativos tanto tiempo. Nunca le traté como si él no tuviera derecho a tener esas fotos. No le juzgué, y él se sintió abierto a cooperar.

--¿El no ha recibido nada a cambio?

--¿Dinero? Ni un céntimo. Es una persona muy privada y el gesto lo ha hecho en nombre de su familia.

--Usted llevó las cajas a EEUU

--Cuando me las dieron, volé inmediatamente. El hermano de Robert Capa, Cornell, es muy mayor y no está bien, y quería que viera el material cuando aún pudiera entenderlo.

--Voló a Nueva York con su hijo.

--Para mí era muy simbólico que el hijo de un exiliado español entregara los negativos. México siempre abrió sus puertas a los refugiados, les dio un espacio de protección, por eso los negativos terminaron allí.

--¿Y ahora qué?

--En el ICP lo digitalizaran todo para estudiarlo y entregarán a México una parte del material digitalizado para investigación. Espero que se pueda montar una exposición que vaya a España, a México y a Estados Unidos.