La huella global del turismo mundial, desde los vuelos hasta los objetos de recuerdos, aumenta años tras años y contribuye al cambio climático de una manera creciente. Y es que el turismo global es el responsable de casi la décima parte de los gases de efecto invernadero (GEI) que se producen en el mundo. Esta conclusión se extrae de una investigación liderado por un grupo de científicos de la Universidad de Sydney, Australia.

Las pequeñas islas atraen una parte desproporcionada de las emisiones de carbono, teniendo en cuenta su pequeña población, a través de llegadas internacionales, mientras que los Estados Unidos son responsables de la mayoría de las emisiones generadas por el turismo en general, según el estudio. Los investigadores recomiendan que la asistencia financiera y técnica pueda ayudar a compartir las cargas, como el calentamiento global en los deportes de invierno, el aumento del nivel del mar en las islas bajas y el impacto de la contaminación en los destinos exóticos y vulnerables.

Recomendaciones

Los responsables del estudio recomiendan volar menos y pagar más, por ejemplo, para la reducción de carbono. "Nuestro análisis es una visión mundial del verdadero costo del turismo, incluidos los consumibles como la comida y los recuerdos. Es una evaluación completa del ciclo de vida del turismo mundial, asegurando que no perdamos ningún impacto", afirma la doctora Arunima Malik. "Esta investigación llena un vacío crucial identificado por la Organización Mundial del Turismo y la Organización Meteorológica Mundial para cuantificar, de manera integral -continúa Malik-, la huella turística mundial".

Los investigadores instan a la comunidad interncional a considerar el turismo global en sus futuros compromisos climáticos. Así, recomiendan crear nuevos impuestos sobre el carbón o esquemas de comercio de carbono, en particular para el sector de la aviación, con el fin de reducir el crecimiento futuro no controlado de las emisiones relacionadas con el turismo."Encontramos que la huella de carbono per cápita aumenta fuertemente con el incremento de la riqueza y no parece saciarse a medida que crecen los ingresos", dice Manfred Lenzen, coautor de la investigación.

"Para hacer mi propio viaje más sostenible, para las generaciones futuras, invierto en opciones de mitigación a largo plazo a precios que incorporan al menos costos de mitigación promedio, como invertir en repoblación forestal, en lugar de asumir solo frutos de bajo costo, como la eficiencia energética residencial", explica el profesor Lenzen. "Si volviera de Melbourne a Reino Unido, pagaría al menos 425 dólares adicionales para compensar mis emisiones, para un viaje de ida y vuelta entre Sydney y Brisbane, unos 45 dólares adicionales", añade.