La cifra de humanos infectados por el H5N1, la versión más mortífera del virus de la gripe aviaria, aumenta de forma alarmante en Turquía mientras la enfermedad se expande hacia el oeste, acercándose a Europa. Ayer, las autoridades turcas anunciaron la existencia de cinco nuevos casos, cuatro de ellos niños, que elevan a nueve el número de afectados, de los que tres han muerto.

El Gobernador de Ankara explicó que las pruebas de detección de la enfermedad han dado positivo en dos niños y un adulto, que fueron hospitalizados en la capital. Además, en la provincia de Van, al este del país, la enfermedad ha contagiado a una niña de nueve años y a un niño de tres. Todos ellos están infectados por el H5N1.

Los dos niños hospitalizados en Ankara son originarios de Beypazari, un pueblo a 100 kilómetros al noroeste de Ankara, donde la semana pasada aparecieron muertos dos patos salvajes por gripe aviaria.

Mientras, los menores infectados en la región de Van proceden de Dogubezayit, el pueblo situado junto a la frontera con Irán del que eran originarios los tres jóvenes de una misma familia, un niño y dos niñas, que murieron la semana pasada después de haber estado jugando con la cabeza de un pollo enfermo que sus padres habían sacrificado para comer.

Estos nuevos casos parecen confirmar los peores augurios de las autoridades turcas, muy preocupadas ante la posibilidad de que el virus se extendiera por todo el país. Para intentar frenar su expansión, el Gobierno de Turquía había puesto en cuarentena a cinco provincias de esa región fronteriza con Irán.