Uno de los escasos acuerdos de la reciente cumbre del clima de Copenhague fue justamente que las potencias mundiales deberían ofrecer unas nuevas ofertas sobre reducción de emisiones antes del 31 de enero para reiniciar las negociaciones desde cero, pero eso ya no será posible. La UE, como quedó ayer claro en Sevilla, aún no ha decidido qué requisitos exigirá a sus socios mundiales para avanzar hacia un acuerdo más ambicioso. "Queremos avanzar, pero esperamos un esfuerzo comparable por parte de los restantes países", resumió ayer la secretaria española de Cambio Climático, Teresa Ribera. Lo de "comparable" es el meollo de la cuestión. "No podemos ir a las ciegas, nadie lo aceptaría", dijo el ministro Jean-Louis Borloo.

Por primera vez desde Copenhague, los 27 ministros comunitarios de Medio Ambiente volvieron a verse las caras para analizar el estado de las negociaciones. No se esperaban grandes avances en Sevilla y, efectivamente, no los hubo. Todos, eso sí, se dieron un agradable paseo nocturno por el barrio de Santa Cruz. El miércoles se volverán a reunir, pero en Bruselas.

Quizá los más sorprendente del consejo informal de ministros fue comprobar que la UE parece haber asumido que las restantes potencias no podrán igualar sus ofertas.

La UE, en su conjunto, reducirá sus emisiones de dióxido de carbono un 20% en el 2020 con respecto al 1990. Eso ya está decidido y adoptado por las respectivas legislaciones nacionales. Sin embargo, se plantea llegar al 30% si hay una contrapuesta satisfactoria por parte de EEUU, China y otras potencias emisoras. Teresa Ribera, que sustituyó a última hora a la ministra Elena Espinosa, cuya madre falleció la víspera, insistió en que las restantes partes no han dicho todavía nada: "No tenemos por ahora información clara de lo que pretenden hacer".

Algunos países europeos, como Alemania, Francia, Reino Unido y España, están dispuestos a avanzar hasta el 30% sin reparar excesivamente en los costes, pero otros, como Italia y Polonia, temen que un esfuerzo unilateral afecte gravemente su crecimiento económico. La ministra italiana, que llegó tarde para la foto oficial, calificó el 30% de "surrealista" teniendo en cuenta la situación actual.

Stravros Dimas, que se despidió como comisario europeo de Medio Ambiente, insistió en que las nuevas economías verdes son una oportunidad para las empresas y los trabajadores.