Alfonso Armada viaja a Panamá, a Oliva de la Frontera, a Bulgaria, a Rumanía... Propone temas y el redactor jefe se los acepta. No ha perdido el impulso viajero que lo aleja tantas veces de la redacción del diario ABC en Madrid. Madrid no es que sea ya rompeolas de las Españas , según la expresión de Machado. Parece más bien un lago emponzoñado donde el reflujo de la crispación es un mal diario, una "hiperexcitación".

Sale de Madrid el periodista y se hace el silencio. Ahora ha viajado a Extremadura para participar en el Aula Guadiana de Don Benito. Allí habló, claro, de periodismo; pero también de literatura. De sus libros de viajes, de sus diarios, de su visión de Nueva York, donde fue corresponsal de su periódico hasta el 2005 después de abandonar El País en 1999. No es cosa pequeña cambiar un diario como este por otro (que es monárquico y de derechas). "Fue algo de vértigo; pero me hicieron una oferta y si no la hubiera aceptado me habría arrepentido".

En Estados Unidos descubrió un periodismo mejor que en España. "Están separadas la opinión de la información. Aquí tienes que leerte cinco o seis periódicos para tener una visión general".

Aún confía Armada en el papel regenerador de los periódicos. "Un diario tiene que educar", dice. Plasmar una mirada crítica hacia los hechos del mundo, hacer a la gente "más sabia". "El periodista debe ayudar al lector a ponerse en el lugar del otro, sin anteojeras ideológicas", resume. El ha sabido hacerlo. Como corresponsal de El País en Africa, viajando a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México para escribir un largo reportaje en forma de libro (El rumor de la frontera ), y por su país, España. ¿Y qué vio de España? "Un país con muchas identidades marcadas e intereses comunes, que se han ido desguazando, como si se hubieran roto sus afectos", por ejemplo, con la "delirante" decisión de trocear un río, según pase por una región u otra.

¿Y el mundo tras el 11-S? ¿Da más miedo? Según el periodista, los políticos emplean "el miedo como un instrumento político, así que sus políticas están inspiradas en el miedo, aunque en la vida cotidiana esa sensación no se perciba".

¿Con la aparición de internet, qué pasará con los periódicos? "Es un momento de cambio. Viven un momento de perplejidad porque no saben hacia donde dirigirse. Quizá tenga que cambiar la forma de dar información, pero hay que mantener el rigor para evitar hacer periódicos superficiales y que no ayuden a aclarar las cosas que ocurren".

Armada desmiente esa idea de que los periodistas son solo periodistas y cuando atraviesan la línea de separación y pasan a la literatura aparecen como una especie de infiltrados a los que no se les reconoce oficio ni beneficio. Teniendo claro "lo que es ficción y lo que es realidad", él simultanea su carrera periodística con la teatral, ya que es uno de los dramaturgos españoles más respetados. Ha publicado poemas, además de sus libros de viajes, especialmente Cuadernos africanos , en el que incluía una parte de sus diarios.