El 13,3% de los niños españoles viven en una situación de pobreza relativa, según el informe Innocenti de Unicef, que analiza la situación económica en que se desenvuelven los menores de 18 años en 24 países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). El informe quiere acabar con la creencia de que la pobreza va a la baja en las naciones ricas y advierte de que la infancia pobre ha aumentado en 17 de esos 24 países desde los 90.

España está en la lista negra. Con 9 millones de menores de 18 años, tiene a 1,2 millones en ese marco de carencias. Un porcentaje que se incrementó el 2,7% en los 90, cuando Aznar acuñó el eslogan: España va bien . En los países de la OCDE, sólo cuatro (Australia, Noruega, Reino Unido y EEUU), registraron una disminución de la pobreza en esa misma década.

A pesar de todo, EEUU, junto con México, siguen siendo los países que presentan las cifras más altas de desheredados, con porcentajes superiores al 20% de la población juvenil. En el lado opuesto se sitúan Finlandia y Dinamarca, que cuentan con las tasas más bajas de niños pobres, por debajo del 3%.

Delimitar la línea que separa la pobreza de la abundancia no es tarea sencilla. Unicef califica de pobreza relativa a aquella población que vive con menos del 50% de los ingresos medios per cápita en el ámbito del país de que se trate. Cuestión distinta es la pobreza severa que, según Cruz Roja --los únicos disponibles--, alcanzarían en España a unos 220.000 menores.

Unicef también ha detectado es que cuanto mayor es el gasto público en prestaciones sociales y familiares, menor es el índice de la pobreza.