LLa productividad académica de los universitarios españoles deja mucho que desear. La tasa de rendimiento del curso 2004-2005, el último del que hay datos disponibles, indica que los cerca de millón y medio de estudiantes de las 73 universidades aprobaron únicamente la mitad de los contenidos en los que se matricularon. El 90% de estos alumnos acudían a centros públicos donde las tasas oscilan entre el 15% y el 20% del coste real de los estudios.

Otro dato apuntala la pobreza de resultados. 27 de cada 100 alumnos que ingresaron por primera vez en la universidad en el curso 2000-2001 abandonaron la carrera en los tres cursos siguientes, bien para matricularse en otros estudios o para irse a casa. Las evidencias del despilfarro de recursos proceden de los últimos estudios elaborados por el Consejo de Coordinación Universitaria, el máximo órgano consultivo del sistema universitario del Ministerio de Educación y Ciencia, a los que ha tenido acceso este diario.

Los mejores índices de rendimiento se detectan en las ramas de Ciencias de la Salud, en especial en Medicina y Enfermería, especialidades muy vocacionales. Y los peores, en las ingenierías de ciclo corto (tres cursos), las denominadas técnicas, donde más del 35% de los inscritos abandonan. Se trata de estudios "muy duros, donde la condensación de materia desanima a muchos estudiantes", argumentan fuentes del ministerio.

NOTAS DE CORTE La preparación de estos últimos es previsiblemente más débil que la de aquellos que se matriculan en las ingenierías superiores, de ciclo largo, donde los niveles de exigencia son igualmente elevados. Las notas de corte requeridas para acceder a unos u otros estudios reflejan esa diferencia. Los expedientes de bachillerato más brillantes suelen estar predestinados a ocupar una plaza en las ingenierías superiores, no en las técnicas.

La productividad de los estudiantes de la rama más poblada de la universidad española, la de Ciencias Sociales y Jurídicas, donde sobresalen por su número los alumnos de Derecho, Economía, Administración y Dirección de Empresas y Psicología, es solo ligeramente superior a la que registran las enseñanzas técnicas. En el curso 2004-2005, los más de 700.000 inscritos en carreras del ámbito social y jurídico no llegaron a superar el 49% de la carga lectiva en la que se habían matriculado.

Si se atiende a la tasa de éxito, que calcula lo aprobado, no ya entre los matriculados, sino entre los que se presentaron a las clases y a las pruebas de evaluación, el resultado es superior, pero también decepcionante: la materia suspendida equivale al 38% de los contenidos.

Los rendimientos mejoran tímidamente en Ciencias Experimentales (Biología, Matemáticas y Química, entre otras) y bastante más en Humanidades (donde se concentran las filologías).

Los niveles de fracaso constatados "no están lejos de los que se registran en otros países europeos, son similares", aseguran las fuentes consultadas. La situación, en este sentido, "no es alarmante", insisten desde el Ministerio de Educación, aunque admiten que si hay un matiz diferencial que, a la hora de hacer comparaciones, afea los resultados españoles. El 90% de los estudiantes españoles se dedican a estudiar a tiempo completo, al menos durante ocho o nueve meses al año, mientras que en los países de la UE ese porcentaje es mucho más reducido.

Como dato, destacar que unos 425.000 estudiantes de los cerca de 1,5 millones matriculados en primer y segundo ciclo han cumpliado los 25 años.