Nacho Llanos se vinculó a el Periódico Extremadura desde muy joven y en el desarrolló la mayor parte de su carrera profesional hasta su jubilación. Le tocó vivir tiempos difíciles, de profundos cambios en los que el diario local se convertiría en periódico de referencia en la ciudad de Cáceres integrado en un gran grupo editorial como Zeta. Nacho trabajó bajo la dirección de quienes ostentaron la responsabilidad de dirigir el periódico, y todos supieron reconocer el trabajo casi siempre callado pero luminoso de las maquetas de Nacho. No suele resultar fácil dar muestra de gran creatividad en un formato encorsetado como es la maquetación de un periódico, pero Nacho supo aprovecharse de suplementos, tribunas, colaboraciones para dejar aparecer su personalidad de artista, de dibujante-delineante y de calígrafo. Su compañerismo, su talante conciliador y mesurado, hacen que hoy la gran familia de trabajadores del Extremadura sienta la profunda tristeza de su marcha.

Su afortunada prejubilación, acogiéndose a una oportunidad que le brindó el Extremadura, le permitió disponer de algo que Nacho valoraba de manera especial, «tener tiempo», quizás porque el trabajo en el periódico le exigía largas jornadas, cierres intempestivos y una atención a lo que sucedía a su alrededor que le restaban tiempo para la creación. A partir de ese momento, Nacho se dedica a la pintura que de una etapa laboriosa, puntillista elaborada y trabajada con habilidad de orfebre, y en blanco y negro, va dando paso una época colorista que desarrolla hasta el final de sus días. Numerosas exposiciones individuales y su participación en algunas colectivas, han permitido a todos los extremeños conocer los trabajos de Llanos en su última época. De la tinta china a la acuarela, del acrílico al óleo, la pintura ha ido ganando en luminosidad en obras que reflejan el carácter vitalista de su creador. Los temas elegidos han estado siempre cercanos a sus otras pasiones: la naturaleza y los toros.

A Nacho le entusiasmaba acercarse a la naturaleza y disfrutar de la riqueza de nuestros campos, ríos, bosques,... buscar setas y espárragos, pescar, cazar, pasear; le gustaba compartir esos momentos y disfrutar después de las recolectas con una comida tranquila, rodeado de amigos, de confidencias, de amistad.

Sus amigos hoy sentimos una profunda orfandad, un vacío inexplicable y un dolor compartido con su familia, con Trini, con Nacho y con Ana, somos esa otra familia que no une la sangre pero que se conforma con los años y que se alimenta de fraternidad, admiración, complicidad,.... No entendemos su temprana marcha y solo nos consuela el recuerdo de los muchos y buenos momentos vividos y la suerte inmensa de haberle conocido, trabajado con él y disfrutado de su generosidad. Será ese recuerdo entrañable que nos genera el que haga que Nacho Llanos siga estando presente entre nosotros, y cuando las lágrimas se sequen, será el momento de recuperar la sonrisa abierta, generosa, que Nacho nos ha regalado tantos años. CHEMA CORRALES