Los vecinos de La Llagosta se levantaron ayer con una amarga sensación, mezcla de conmoción y sorpresa. Belkassem Fariss, marroquí de 30 años; su mujer, Traima Mohamed el Yamani, española de 22; su hija Amira, de 3 años, y su hijo Ismael, de 1, vivían en un piso de la avenida del Primer de Maig, en esta población del Vall¨s Oriental.

El del martes era el primer viaje a Marruecos que la familia emprendía desde que vivía en La Llagosta. Una vecina explicó entre lágrimas, cuando un periodista le informó de la trágica noticia, que "como era la primera vez que hacían este viaje se iban con mucha ilusión".

Belkassem Fariss, que trabajaba como obrero en la construcción, y su mujer vivían en la población desde enero del 2001. Habían llegado con su hija aún muy pequeña, y allí habían tenido a su segundo hijo, a quien le faltaba un mes para cumplir su primer año de vida.

Buena familia

Los vecinos les consideraban una "buena familia", muy humilde, amable y trabajadora, que mantenía una relación "cordial" y respetuosa con los demás residentes del edificio, en el que estaban muy integrados. Ayer todos lamentaban su pérdida y recordaban las veces que les habían visto bajar con sus hijos por la escalera de la vivienda.

"A la hora de marcharse me saludaron. Les dije adiós y que tuvieran cuidado en el viaje", explicaba con estupor la joven que regenta el bar situado en los bajos del edificio donde vivían. La familia inició el viaje poco después de las cuatro de la tarde, en un Mercedes de segunda mano que habían comprado hacía un mes, "a un cliente del bar". Poco después, en la autopista AP-7, a su paso por Amposta, el vehículo se salió de la calzada y se precipitó al río Ebro. Aún no se sabe si debido a un error humano o a un fallo del coche. Ni siquiera la familia que les acompañaba, y que viajaba delante de ellos, tiene idea de lo que motivó la tragedia.

Dos días de duelo

En la historia de La Llagosta no se recuerda una tragedia de tal magnitud. El Ayuntamiento de la localidad decretó dos días de duelo por el suceso, según confirmó el alcalde accidental, Raúl Valero. Además, las banderas ondearon ayer a media asta, y el consistorio puso a disposición de los vecinos un libro de firmas para que expresaran su pésame y solidaridad con la familia de las víctimas.

El ayuntamiento también prestó ayuda a la familia de los fallecidos, en concreto, a una hermana del padre, que vivía en un bloque de pisos contiguo. "Ha sido un golpe muy fuerte para todos los vecinos", explicó Valero. El fue el encargado de ponerse en contacto con el alcalde de la población, Antonio Risquez, que se encuentra de vacaciones, para informarle de lo sucedido.