Los barcos fletados por Repsol-YPF que tomarán parte en las labores de extracción del fuel del Prestige viajan esta semana hacia el lugar del hundimiento para comenzar su trabajo. El buque Polar Prince , que efectuará una escala técnica en Vigo antes de partir, hará de nodriza para las operaciones técnicas mientras el Odín, de bandera noruega, partirá directamente hacia la vertical del pecio, a unas 120 millas de la costa gallega, para albergar en sus tanques el petróleo que se vaya recogiendo.

Las operaciones se extenderán durante aproximadamente seis meses, aunque su duración depende de las condiciones meteorológicas. En los primeros días de trabajo los operarios agujerearán los tanques de la proa del Prestige , que contienen unas 13.000 toneladas de fuel. La operación se denomina hot tapping y consiste en colocar una doble válvula sobre cada compartimento que contenga fuel. Una vez que los robots anclen y comprueben el sistema, perforarán un agujero de 70 centímetros de diámetro que queda cerrado por la válvula. De esta forma los técnicos pueden regular el flujo de fuel.

Técnica experimentada

Esta técnica ya fue probada primero en tierra, una segunda vez a 150 metros de profundidad, y una tercera a 15.000 metros antes de realizar el experimento definitivo sobre el propio casco del Prestige , a 3.800 metros de profundidad, que resultó todo un éxito.

En una segunda fase, los técnicos contratados por Repsol iniciarán el relleno de las nuevas bolsas construidas para transportar el fuel desde el pecio hasta el buque Odín. En las pruebas iniciales, realizadas en octubre del año pasado, se utilizaron bolsas flexibles que se acoplaban a las válvulas instaladas en los tanques, se llenaban de fuel y subían hasta la superficie, desde donde eran izadas a un barco. Sin embargo, esta solución entrañaba ciertos riesgos y, de hecho, una de las bolsas se rompió al ser manipulada en el interior de la nave.

Para evitar estos problemas, Repsol se decantó por utilizar recipientes cilíndricos rígidos realizados con aluminio marino extrusionado con nervaduras de refuerzo. La petrolera encargó la fabricación de cinco cilindros, que se llevó a cabo en un astillero de Marín, en Pontevedra.

El casco de estos contenedores tiene un grosor de siete milímetros, una altura de 21 metros y un diámetro interno de 4,5 metros. Son capaces de albergar casi 350 toneladas de fuel, aunque para mayor seguridad sólo se llenarán hasta alcanzar las 300 toneladas.

Ascensión por gravedad

Una vez cargado el fuel, las bolsas rígidas suben por gravedad hasta llegar a 40 metros por debajo de la superficie. Desde esa altura se bombea el fuel hasta los tanques del Odín que, una vez llenos, transportará el hidrocarburo hasta la refinería de A Coruña. Es precisamente en este lugar donde se realizaron las últimas pruebas, que resultaron exitosas.

Los principales experimentos se centraron en ensayos hidrodinámicos para constatar que se puede mantener un flujo constante de fuel de las bodegas del Prestige hacia las bolsas. Para ayudar a que esto se produzca unos robots inyectarán agua a los tanques para producir lo que denominan "flujo anular" y que garantizará que los contenedores del buque queden totalmente vaciados de material.