El viento compartió ayer protagonismo con el fuego en la tradicional crem de las Fallas de Valencia. Las fuertes ráfagas de viento de hasta 70 kilómetros por hora tiraron al suelo dos construcciones y obligaron a extremar la precaución, sobre todo en los 85 monumentos de la ciudad incluidos en la lista negra de peligrosos por estar plantados muy cerca de los edificios colindantes.

La primera afectada por el viento fue la falla L´Antiga de Campanar, que ya había caído durante su montaje, el día 12. Reparada a última hora, pudo lucir con una mínima dignidad, pero las ráfagas de la mañana de ayer la hicieron sucumbir. L´Antiga es de la Sección Especial con un coste superior a los 120.000 euros.

Otra falla de esta categoría, la de Misser Mascó-Exposició, fue víctima del viento racheado al mediodía. En este caso, pagó su ubicación junto al río Turia, en un espacio abierto y desprotegido de las fuertes corrientes de aire. Los bomberos desplazados para supervisar las tareas previas a la crem observaron cómo el sombrero de copa de la figura principal temblaba hasta el punto de poner en peligro la estabilidad de la obra. Visto el riesgo, ordenaron desmontarlo, pero ni a eso dio tiempo. Mientras los operarios retiraban las luces y la instalación eléctrica, el monumento, de 24 metros de altura y 300.000 euros de coste, se vino abajo. Las medidas de precaución previas evitaron percances personales.

El Centro de Coordinación de Emergencias (CCE) ordenó el despliegue de todos los bomberos disponibles, 600 de ellos para Valencia. Todos los ayuntamientos donde se plantan fallas recibieron el aviso de la preemergencia contra incendios, sobre todo, en el norte de Castellón, como en Benicarló.