El escritor colombiano Fernando Vallejo recibió el sábado el premio venezolano de novela Rómulo Gallegos, otorgado por su novela El desbarrancadero , con un discurso en el que arremetió contra la especie humana y en el que se declaró sensible con los derechos de los animales. Vallejo donará los 100.000 euros del galardón a diversas protectoras de animales. "De los pobres que se encargue el Vaticano o los gobiernos. Yo me ocupo de los animales, cuyo sufrimiento ha amargado mi vida", aseguró.

El también biólogo y cineasta, que señaló que su viaje a Caracas le había reportado un breve momento de alegría ("de los pocos que hay; la felicidad no existe"), confirmó en su discurso que no volverá a escribir literatura, ya que había "incurrido" en ella porque no tenía nada mejor que hacer, y aseguró que piensa a diario en suicidarse. Cargó contra Juan Pablo II y contra la condena católica a los preservativos, una de las causas, señaló, de la superpoblación, y denunció "la criminal imposición de la vida, debido a prácticas de sexo con fines reproductivos".

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El escritor, de 61 años, arremetió también contra Simón Bolívar y contra el actual presidente del país, Hugo Chávez. Pese a que la asistencia de éste a la ceremonia de los premios nunca estuvo prevista, Vallejo aseguró que esperaba que el mandatario no acudiera. "¿Para qué? Si a él no le interesa la literatura; no sabe de eso", señaló a Efe.

Pese a no ser la favorita de entre las 247 obras que concursaron, El desbarrancadero se hizo con el premio "gracias a sus recursos literarios novedosos", dijo el escritor español Enrique Vila-Matas, ganador de la anterior edición y miembro del jurado. Vallejo respondió, sin embargo, mostrándose desinteresado por las actividades humanas en general y tratando de alejarse del intelectualismo.

Aseguró que no lee obras literarias desde hace más de 20 años, y que "quizá" escriba en el futuro, "sólo para molestar", un tratado de física sobre los efectos luminosos y la ley de la gravedad. Sin embargo, dio por descontado que fracasará en ese "ocioso" empeño.