TYta se había anunciado la convocatoria de un consejo de ministros a mitad de mes para atender las necesidades más apremiantes de una crisis económica que, según la confirmación de Pedro Solbes , ha superado las previsiones, y de la que trata de beneficiarse el principal partido de la oposición. Una vez comprobado el bajón de popularidad del Gobierno, en efecto, la cúpula del PP ha decidido también hacer su propio seguimiento de la crisis y sus efectos, con un slogan que repite la Dolores de Cospedal , que insiste en que "el gobierno no existe".

Frente a esas críticas, el Gobierno, además de su reunión del día 14, ha decidido reunir con carácter de urgencia para el miércoles la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos. Se ha sabido, al mismo tiempo, que el jefe del Gobierno ha reclamado a los cinco ministerios que la integran, y que preside Solbes, informes sobre el impacto de las medidas aprobadas en cada departamento para combatir la crisis. Y seguidamente, el jueves, el Gobierno aprobará nuevas actuaciones para hacer frente a una situación que nadie duda en calificar de excepcionalmente dura, difícil y acaso duradera. No hay duda alguna de que tanto Gobierno como oposición, con sus reuniones en agosto, tratan de proporcionar a la opinión pública la imagen de su actividad y de competencia por ver quién de los dos está más activo y hacer mayores aportaciones a la solución de la crisis.

Lo cierto es que la sociedad española se enfrenta a problemas que ningún gobierno ayudará a resolver y que debe afrontar cada una de las sociedades y de las familias: ¿Qué puede hacer el Gobierno ante una crisis como la inmobiliaria que cierra centenares de empresas y deja en el paro a muchos miles de personas? ¿Qué remedio hay para los sectores complementarios de esas constructoras de viviendas -fabricantes de puertas, de ladrillos, de frigoríficos, para los fontaneros-, para las que terminó el tiempo de la burbuja y de la construcción de seiscientas u ochocientas mil viviendas nuevas anuales? El Gobierno puede hacer poco --subvencionar, ayudar facilitando créditos--, pero mucho menos está en condiciones de hacer la oposición, salvo criticar y decir que todo se hace mal, rematadamente mal...

El otro fuego que ataca de manera inmisericorde a Zapatero se llama Montilla, tripartito catalán, PSC o financiación autonómica. Y ése también quema y desgasta sin cesar...