Bofetón del Vaticano a la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres. En un documento hecho público ayer en Roma, la cúpula de la iglesia católica afirma que el concepto tradicional de la familia se está desvirtuando y lamenta que la sociedad considere aceptables los matrimonios entre homosexuales, lo que introduce "una nefasta rivalidad" entre sexos.

El texto preparado por el cardenal Joseph Ratzinger, el encargado de velar por la ortodoxia de la fe católica, se opone al feminismo que equipara "en todo al hombre y la mujer". Según la Iglesia, el feminismo de los últimos años tiene la culpa de que la mujer crea que para ser ella misma tiene que convertirse en antagonista del hombre. La Iglesia sostiene que de esta forma se "llega a una rivalidad radical entre sexos, en la que la identidad y el rol de uno son asumidos en desventaja del otro".

DIFERENCIA SEXUAL El Vaticano cree equivocado el que en aras de la liberación de la mujer se critiquen las Sagradas Escrituras, por considerar que transmiten una cultura esencialmente machista. El documento insiste en la importancia de la diferencia sexual y afirma que el hombre y la mujer están llamados desde su origen a existir uno al lado del otro y "a existir recíprocamente el uno para el otro".

En este punto, el Vaticano recuerda que el matrimonio es la dimensión primera y "fundamental" de esa vocación. El texto condena las relaciones marcadas por la concupiscencia y la sumisión y reiterar su "no" al divorcio, al considerar que la fidelidad es más fuerte que las debilidades y los pecados de la pareja.

El Vaticano justifica también que la mujer no es una copia del hombre en la capacidad que tiene ésta para dar vida.

Ratzinger analiza la incorporación de la mujer al trabajo y subraya la necesidad de que se le permita combinar la familia y el trabajo. El Vaticano exige a los gobiernos que armonicen las legislaciones para que la mujer puede cumplir "con su misión dentro de la familia".