LA IGLESIA católica quiere hacer justicia con las víctimas, unas 300, de los abusos cometidos en el coro de la catedral de Ratisbona en los años 50 del siglo pasado. El Vaticano negó que las vejaciones se produjeran cuando dirigía el coro Georg Ratzinger, hermano del Papa, ya que este estuvo al frente de la institución entre 1964 y 1994.