En los 30 países donde se han establecido, los 70.000 legionarios de Cristo --y no solo ellos-- se preguntan qué sucederá ahora, después de que el Papa haya decidido intervenir la congregación y revisar sus estatutos. La razón del cambio de rumbo del Vaticano aducida en un documento oficial es que "los gravísimos y objetivamente inmorales comportamientos del fundador, que fueron confirmados por testimonios incontrovertibles y se configuran, a veces, como delitos, manifiestan una vida carente de escrúpulos y de un genuino sentimiento religioso".

Las conclusiones de la inspección indican que no habrá una refundación de la congregación como se apuntó en un principio, sino solo una revisión; y que el fallecido Marcial Maciel, creador de la orden en 1941 y padre de varios hijos, fue el único culpable de los abusos a seminaristas. La duda sobre cómo pudo hacer lo que hizo sin que nadie lo supiera queda en el aire.

El cardenal Joseph Ratzinger no era amigo de los movimientos carismáticos, como los Legionarios. Anécdotas fiables, no confirmadas, describen a un padre Maciel que llegaba al Vaticano con valiosos regalos que todos aceptaban salvo el actual Pontífice.

OCHO MESES La revisión de la institución se ha decidido tras una inspección de ocho meses en todo el mundo por parte de cinco obispos. Hasta la fecha se habla de dos posibles candidatos a interventor: Juan Sandoval Iñiguez, arzobispo de Guadalajara (México), que días atrás declaró que "Maciel era un psicópata", y el cardenal portugués José Saraiva Martins, con buena reputación como persona equilibrada.

La revisión de los Legionarios tocará aspectos citados en el documento del Vaticano como el de las víctimas, cifradas en unas 200. José Barba Martín, una de ellas, destaca que el texto "no habla nunca de justicia, reparación ni indemnización". "Tenemos derecho a ellas, no solo por las leyes civiles, sino también por el derecho canónico", subraya.

25.000 MILLONES Luego viene el capítulo económico. Jason Berry escribió en National Catholic Reporter que el patrimonio de la institución fue evaluado en 25.000 millones de euros. En cambio, Jesús María Delgado, director y administrador de los Legionarios en España, declaró a El Economista: "No somos una mafia ni tenemos 25.000 millones". En todo caso, con seguridad se trata de un organismo solvente. Cuando levantó su propia universidad en Roma, en el Vaticano se preguntaban de dónde sacaban el dinero. "De donaciones privadas", ha dicho Delgado.