La fructífera relación entre el arte y la fe, de la que existen ejemplos históricos inconmensurables, hace tiempo que dejó de existir. Incluso el presidente del Pontificio Consejo de la Cultura del Vaticano, el ministro de asuntos culturales del Papa, Gianfranco Ravasi, no tiene inconveniente en reconocer en público que por esa razón "hay tantas iglesias feas o que imitan el arte de épocas pasadas", una reflexión que remata aseverando que en ocasiones "la teología se ha desinteresado por el arte contemporáneo", mientras que en otras "sus construcciones arquitectónicas no lo han asimilado". Pero ha llegado el momento de poner fin al divorcio. Al menos, así lo aseguró ayer Ravasi, de visita en Barcelona.

El titular de la cartera cultural del Vaticano adelantó que la reconciliación vendrá de la mano de gestos como la participación, por vez primera, de la Santa Sede en la Bienal de Venecia del 2011, con pabellón propio y el concurso de una decena de grandes artistas internacionales invitados a reflexionar sobre las cuestiones recogidas en los 11 primeros capítulos del libro del Génesis.

"En la práctica", aclaró Ravasi, "ahí están todos los grandes temas humanos: la creación, el pecado, el mal, la violencia, el amor de las parejas, las catástrofes , el dominio y la opresión".

UN PROYECTO El estadounidense Bill Viola, practicante del budismo, ha sido uno de los artistas contactados para que albergue alguna de sus creaciones en un edificio "flotante sobre la laguna veneciana", un proyecto arquitectónico rompedor que el prelado confesó que cree que no podrá llevarse a cabo por ser demasiado ambicioso.

Los esfuerzos por tender puentes con la cultura contemporánea no se agotan ahí. Ravasi se refirió a la reciente organización de encuentros con colectivos profesionales, comenzando por los arquitectos y los directores de cine, y a los festivales cinematográficos que vienen organizándose en los últimos años en Roma y Guadalajara (México) y que reúnen filmes de temática espiritual.

Ravasi se mostró convencido de que es imprescindible reconstruir el vínculo entre la historia de la cultura cristiana y el arte. Y se valió de Joan Miró para ahondar en la convicción de que "el arte es hermano de la fe" recordando que el pintor mallorquín había afirmado que el arte no era algo visible, sino "lo invisible que se manifiesta como visible". "Esto es teología", concluyó. "Por desgracia, se ha olvidado la dimensión estética en la teología, con excepciones como la de Von Balthasar", añadió.

Prueba de su trabajo a favor del acercamiento del arte a la religión, Ravasi logró hace meses que se oyerá la extravagante música contemporánea de Ennio Morricone en un oficio litúrgico.