Mientras el caso Coín parece casi resuelto, el misterio sigue rodeando la muerte de Rocío Wanninkhoff. Dolores Vázquez, única imputada por el asesinato, denunció ayer la existencia de una conjura contra ella por parte de los agentes de la Guardia Civil responsables de la investigación del caso de la joven de Mijas. La razón es, según dijo, ocultar el error que ha marcado la línea de investigación dirigida por dos agentes, a los que se refirió de forma concreta.

"Me han linchado y estoy muerta de miedo con que pueda ocurrir otra vez", dijo en una multitudinaria rueda de prensa. A su lado, su abogado, Pedro Apalategui, corroboraba la denuncia.

"Se han filtrado informaciones a la prensa que no son ciertas y ha sido de forma interesada", afirmó, en referencia a la hipotética vinculación laboral entre Tony King y Dolores Vázquez.

CONTRA LA GUARDIA CIVIL

Dolores aseguró que los agentes de la Guardia Civil siguieron "retorciendo" para inculparla "cuando no había nada" y les acusó de haberla instado a firmar una declaración de culpabilidad aduciendo testigos "falsos" que la incriminaban. "Estoy harta. ¡Basta ya! Yo no he matado a Rocío!".

La acusada negó además cualquier relación con el detenido. "No lo conozco de nada", indicó. "No trabajó en el Hotel Sultán", añadió, en una apreciación que ayer fue apoyada por la dirección de la cadena hotelera. Vázquez fue directora del hotel hasta 1996, donde Rocío trabajó durante un mes en la guardería.