La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, se reunió ayer en Sevilla con representantes de los sindicatos de RTVE y les ofreció su apoyo ante el plan de saneamiento que prevé reducir más de 4.000 puestos de la plantilla del ente público, un 44% del total. De la Vega, pidió tranquilidad" a los empleados, y les aseguró que no estarán solos en la negociación de la disminución de puestos de trabajo prevista por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). "Ningún trabajador va a quedar abandonado a su suerte", afirmó la vicepresidenta.

De la Vega explicó a los representantes sindicales el objetivo del Gobierno de contar con una televisión pública "de calidad, independiente, al servicio de los ciudadanos y económicamente sostenible".

También puntualizó que el plan de la SEPI, hecho público el viernes, es inicial, una base sobre la que trabajará el Gobierno, sujeta a negociación. "Los ajustes se abordarán de forma dialogada y pactada", dijo y admitió que puede ser mejorable, aunque añadió que "el actual modelo es insostenible, teniendo en cuenta el panorama televisivo", en alusión a la irrupción del sistema digital.