El vehículo espacial europeo Julio Verne se acopló hoy con éxito por primera vez a la Estación Espacial Internacional (EEI), lo que abre la puerta a la independencia europea en el desarrollo de la base internacional. El Vehículo Automático de Transferencia (ATV), el primero de este tipo construido por la Agencia Espacial Europea (ESA), acabó su fase de acoplamiento a las 14.52 horas GMT, tras una pionera maniobra desarrollada de forma automática y sin intervención humana, ni de los astronautas que están en la EEI ni desde Tierra.

El acoplamiento se produjo con un ligero retraso, puesto que los ingenieros decidieron lanzar la maniobra un poco más tarde para hacer una prueba suplementaria. "Ha sido un éxito total. El acoplamiento ha sido mucho más fácil que los test que hicimos con anterioridad", afirmó entusiasta el director general de la ESA, Jean-Jacques Dordain.

Gracias al ATV, Europa contará con una independencia total a la hora de hacer frente a sus compromisos en el desarrollo de la EEI, lo que le permitirá ganar en independencia con respecto a Estados Unidos y Rusia.

Lanzado por un cohete Ariane-5 desde la base de Kurú, en la Guayana francesa, el pasado 9 de marzo, el Julio Verne es el primero de los ATV que tiene previsto construir la ESA. Los tres astronautas rusos que habitan en la actualidad la EEI entrarán en el ATV a partir de mañana y, tras un proceso técnico de conexión y de filtrado del aire, comenzarán a descargar el sábado las más de siete toneladas de alimentos, combustible, oxígeno y material para experimentos que transporta.

Al mismo tiempo, Julio Verne servirá como un espacio suplementario de la estación y, cuando dentro de seis meses acabe su misión, volverá a la Tierra cargado con residuos de la EEI. La ESA tiene previsto lanzar un ATV cada año y medio y bautizarle con el nombre de algún europeo que haya marcado la historia. Si el coste inicial del proyecto asciende a 1.300 millones de euros, cada nuevo vehículo costará unos 300 millones.

Entre las misiones más urgentes del Julio Verne figura la de utilizar sus propulsores para elevar a la EEI a su órbita nominal, puesto que la atracción terrestre le hace salirse de su lugar habitual. Está previsto que esta maniobra, que hasta ahora hacían sólo los transbordadores estadounidenses, tenga lugar el próximo 19 de abril.