Hay grupos musicales que se crean y en poco tiempo desaparecen. Lo difícil es mantenerse, por eso, el coro de cámara placentino Ars Nova está orgulloso de haber cumplido 20 años. "Se ha pasado enseguida, pero nuestras vidas han cambiado por completo", confiesa su director desde el 2001, Fernando Pizarro.

Su primera actuación fue el 15 de mayo de 1990 y ayer celebraron la efeméride con otro concierto. Entre uno y otro momento han cambiado muchas cosas. Entonces, el fallecido Pepe Neria dirigía un octeto; hoy, Pizarro lleva la batuta de 16 personas. El conventual de San Benito de Alcántara y la inauguración del auditorio de Santa María fueron sus primeros escenarios y ayer, actuaron en Las Claras, junto al quinteto Quodlibet.

Pizarro recuerda que el coro nació a raíz de algo parecido a un coro parroquial que tocaba en la iglesia del Salvador. "ellos llamaron a Pepe para que les dirigiera y él les puso nombre, buscó el repertorio y las actuaciones". Empezaron ocho personas más el director y hoy son casi el doble, 16 más Pizarro, que ha estudiado Educación Musical y para el que este coro "es mi trabajo y mi vocación".

Comenzó a formar parte de Ars Nova en 1998 y la enfermedad y muerte de Pepe Neria le llevaron a ocupar después el puesto de director. "Poder mantener tanto tiempo una institución musical es muy importante, más aún cuando no está ligada a ningun beneficio económico porque nosotros nos mantenemos de subvenciones y lo que nos dan en las bodas".

Asegura que mantienen la esencia de sus inicios: "El espíritu con el que se creo es didáctico, poder llevar nuestra música a lugares donde posiblemente nunca se hubiera escuchado, unido a nuestra calidad". Su filosofía ahora es la misma "que el coro sea algo cercano, que emocione y divierta a la gente, eliminando la actitud seria".

Lo hacen posible personas que compaginan esta parte de su ocio con su vida profesional y familiar "y supone mucho esfuerzo". Con el paso de los años han cambiado: "Entramos jóvenes y ahora la mayoría tiene hijos, por eso es más difícil reunirse y las actuaciones se han reducido".

También las giras internacionales porque han llevado su voz por Cuba, Egipto, Italia, Filipinas... Para ellos, ha sido emocionante tocar en la catedral de Méjico, en el convento de los agustinos de Manila o ante el Papa, pero la misma emoción sienten en el pueblo más pequeño "por la cercanía con la gente".

Por eso, su reto a los veinte años es continuar otros veinte y todos los que puedan. "En Extremadura, la coral más antigua son los Coros Extremeños, que tienen 80 años y ahí siguen. Ese es nuestro modelo a seguir para seguir representando a Plasencia y Extremadura por todos los sitios que podamos".