La Vera podría ser catalogada como una de las capitales del ginkgo biloba debido a la importante labor de reproducción y cultivo que de este singular árbol de origen chino está llevando a cabo el uruguayo Juan José Prstojevich Yorio en su jardín de Collado de la Vera, "donde ahora mismo hay unos tres mil ejemplares", plantados en macetas, que mayoritarimente regala a amigos y clientes de la Casa Rural Ginkgos, que regenta su mujer, Blanca Nelly. Prstojevich cuenta maravillas, y no acaba, de este árbol que, según explica, "vivió en el periodo Jurásico, por lo que los dinosaurios herbívoros ya se comían sus hojas, aparte de que sobrevivió a las bombas atómicas de Hirosima y Nagasaki".

Este natural de Montevideo, afincado en Collado de la Vera desde hace veinte años, que se acaba de jubilar de la industria farmacéutica, señala además que el ginkgo "es el árbol más antiguo del mundo, por lo que es considerado en la actualidad como un auténtico fósil viviente", cuyo extracto de hojas se utiliza para curar enfermedades relacionadas con el aparato circulatorio y el alzheimer, además de tener efectos antioxidantes.

Juan José Prstojevich se "entusiasmó" con este árbol a raíz de que su hija Karina le regalara durante su época de estudiante de biología una semilla de ginkgo biloba germinada. "Fue entonces cuando descubrimos un árbol que, con el tiempo, ha pasado a constituir una parte importante de nuestras vidas", cuenta. No obstante, en el jardín que hay contiguo a la casa donde vive este enamorado de la naturaleza, no solamente hay amontonados ginkgos bilobas en macetas colocadas en hileras: "tenemos otros árboles más conocidos a nivel popular, posiblemente porque tienen más importancia económica. El ginkgo es un árbol más espiritual e intelectual", explica. Entre el resto de plantas hay encinas, robles, castaños, arces, jaboneros de China y ceibos. Tampoco faltan parras, olivos y romeros, además de un ejemplar que plantó coincidiendo con el nacimiento de cada nieto. "Cuando nació Daniel, hace once años, planté un castaño en su honor, a Noemí, que vino al mundo hace ocho años, le dediqué un jabonero de China, y a Natalia, que es la más pequeña, un ceibo".

Por otra parte, Prstojevich además de cultivar árboles (principalmente gingkos bilobas, cuyas semillas recoge en los parques donde se encuentran plantados), imparte talleres como el que ha llevado a cabo en el IES Jaranda, de Jarandilla de la Vera, a alumnos del módulo de forestales. También ha atendido a las mujeres que han tomado parte en un curso de plantas medicinales, organizado por la Federación Comarcal de Asociaciones de Mujeres de la Comarca de La Vera: "éstas nos visitaron aquí en Collado y les dí un ginkgo a cada una".