Una nueva normativa europea acabará con la polémica generada por la actuación de la policía española en la frontera francesa.

El denominado código de fronteras Schengen, que entrará en vigor el próximo 13 de octubre, establece que los límites entre los países de la Unión Europea "podrán cruzarse en cualquier lugar sin que se realice inspección fronteriza alguna de las personas, cualquiera que sea su nacionalidad".

Las detenciones y devoluciones de inmigrantes irregulares criticadas por abogados y policías por que se efectúan sin asistencia letrada deberán acabarse entonces.

El objetivo del reglamento, dictado por el Parlamento Europeo y el Consejo de Europa el pasado 15 de marzo, es definir con mucha más precisión qué puede hacerse y qué no en las fronteras interiores del espacio Schengen.

De algún modo viene a dar la razón al reciente informe del Consejo General de la Abogacía que ya declaraba ilegales los controles fronterizos a partir de las condiciones generales que marca el tratado de Schengen.