Son las firmas consagradas de la moda española. Los creadores. Los conocidos entre los mortales. Los que crean tendencias. Los que reciben ayudas económicas de la Comunidad de Madrid. Ayer fue su turno en la pasarela Cibeles. No hubo ninguna prenda revolucionaria que dejara al público con la boca abierta. Sin embargo, los diseñadores --que mostraron líneas parecidas a las de otras temporadas-- demostraron que sus propuestas tienen detrás un formidable trabajo de sastrería.
El cuero envejecido de Roberto Torretta (en la foto superior izquierda) y los abrigos de cuellos envolventes y cortes impecables de Miguel Palacio (foto superior derecha) destacaron en una jornada clásica que tuvo como protagonistas los pantalones masculinos anchos, las faldas a la rodilla y las blusas vaporosas.
Antes de que la Asociación de Creadores de Moda mostrara sus propuestas para el próximo invierno, Francis Montesinos hizo un ejercicio de españolismo y derrochó, el sábado por la noche, toques taurinos en una colección inspirada en las bellas artes. Otro modista que se mostró fiel a si mismo fue Elio Berhanyer, el diseñador de las señoras bien de toda la vida de Madrid, las mismas que ayer acudieron a ver su colección. El cordobés, un año más, demostró su interés por el glamour y las líneas clásicas. Y dejó un hueco a los minivestidos sesenteros y a los collares con el símbolo de la paz.
El desfile de Torretta contó con la presencia de dos admiradoras: Ana Botella y su hija Ana (en la foto inferior). Ambas tomaron buena nota de las cazadoras ultracortas y los vestidos geométricos de satén con los que el argentino vistió a las modelos. Más tarde, en el cóctel ofrecido por el diseñador, apareció José María Aznar. "Ahora voy a desfilar yo", bromeó el presidente del Gobierno, que llegaba de la convención del PP celebrada, al igual que la Cibeles, en el parque ferial Juan Carlos I. "Vengo de torear allí", dijo el presidente en alusión a la jornada política. Aznar acudió a buscar a su mujer junto a su yerno Alejandro Agag y su hijo Alonso.
