Por fin los miniaerogeneradores --hermanos pequeños de los molinos de viento-- empiezan a dar sus primeros pasos en España. Tras años de bloqueo y trabas administrativas, el Gobierno ha dado el visto bueno al desarrollo de esta fuente de energía, que permite a los usuarios generar su propia electricidad en casa sin emitir ni un gramo de CO2.

El Plan de Acción Nacional de Energías Renovables (Paner), elaborado por el Ministerio de Industria para satisfacer una petición de la UE sobre la planificación energética durante la próxima década, allana el terreno: hasta el 2020 se podrán instalar 100.000 pequeños aerogeneradores y llegar hasta 370 megavatios de potencia.

El borrador prevé una regulación aparte y la eliminación de los pesados e insólitos trámites administrativos actuales. A modo de ejemplo, instalar un miniaerogenerador de 1,75 kilovatios en el tejado de casa conlleva hoy casi los mismos trámites que una planta eólica, con el consiguiente encarecimiento del coste de la instalación, ya que hay que realizar un estudio de impacto --no visual sino ambiental-- así se ponga en el jardín o en la azotea de una ciudad como Barcelona o Madrid. La simplificación del trámite permitirá abaratar costes, el interesado no tendrá que esperar un año, como ahora, y polígonos industriales, comunidades de vecinos y simples ciudadanos tal vez se animen a instalar estas miniturbinas en sus tejados.

Junto a la dotación de electricidad en zonas aisladas, empresas y viviendas, la nueva regulación permitirá promover en un futuro la conexión de las instalaciones minieólicas a la red eléctrica.