En el momento en el que Donald Trump, ahora presidente electo de los Estados Unidos, anunció su candidatura, medio mundo se echó a temblar, entre otras cosas, por las medidas que había anunciado tomar en relación a los inmigrantes y a su entrada en Estados Unidos. Por este motivo, no es de extrañar que sean muchos los que se pregunten si las cosas van a cambiar, si los trámites de acceso van a limitarse más, o si van a tener dificultades para viajar a cualquier parte del mundo y entrar sin problema en Estados Unidos.

Ante dichas normativas, lo primero de todo es aclarar que existe una gran diferencia entre aquellas personas que pueden contar con un ESTA para Estados Unidos y quiénes no, es decir, quienes necesitan por el contrario, un visado para entrar en Estados Unidos.

El ESTA no es ni más ni menos que un Sistema Electrónico para la Autorización de Viaje a los Estados Unidos. Un total de 38 países (entre los que se encuentran España, Reino Unido, Alemania, Chile o Francia) no tienen que sacarse una visa para poder viajar a los Estados Unidos. Esto es así porque todos ellos forman parte del denominado 'Programa de Exención de Visa' (el VWP), un acuerdo al que se llegó con los diferentes países que lo conforman y con los que no se precisa de un visado convencional de entrada al país.

Para poder solicitar el ESTA, además de pertenecer a uno de esos 38 países, es necesario disponer de un pasaporte biométrico. Con ello, se puede realizar el trámite de forma online.

En realidad, no lleva demasiado tiempo (normalmente 20 minutos) pero hay empresas que se han especializado en dar soporte a los turistas para poder tramitar el ESTA y ofrecen sus servicios para facilitar y asegurar la aceptación del trámite, haciendo que el usuario sólo deba preocuparse por organizar su viaje. Evitando así, errores o cancelaciones de la autorización del ESTA. Un ejemplo de ello es la empresa de turismo www.estaus.es.

Hay que aclarar que los viajes en los que se cuente con el ESTA han de estar justificados (bien por ser vacaciones, tener fines médicos, ser por un motivo de negocio o por un mero tránsito hacia otro país) Y, bajo ningún concepto la estancia se puede alargar más de 90 días seguidos. Una vez que se obtiene el ESTA se puede disfrutar de sus ventajas durante dos años, pasado ese tiempo hay que renovar la solicitud para que vuelva a ser válida y aceptada de nuevo para volver al país.

Aquellas personas interesadas en solicitar el ESTA han de saber que se hace imprescindible contar, a su vez, con un pasaporte biométrico (o, lo que es lo mismo, electrónico) Esta es la manera que tienen las autoridades de saber el uso que se le ha dado. Es decir, dónde y cuándo ha estado el pasajero en cuestión y durante cuánto tiempo.

Con Trump al frente de la Casa Blanca lo que puede ocurrir es que las personas que cuenten con el ESTA tengan que contestar a un par de preguntas más antes de poner un pie en su país. Quienes sí que requieren de una visa pueden tenerlo algo más complicado ya que el presidente de los Estados Unidos ha anunciado, entre sus muchas medidas contra los inmigrantes, que querrá poner un límite y una cuota más alta a las visas que se concedan.

Se prevé, al tiempo, que los viajeros sin opción al ESTA tengan que pasar por más controles y justificar más su viaje para tratar de evitar que se queden de manera ilegal. Especialmente, resultan sospechosos para el gobierno americano, los hombres que viajan solos. Pero América también vive del turismo y lo necesita. Habrá que ver hasta dónde es capaz de llegar Trump.