Las manos enjutas de Bebo Valdés, al piano, acompañado por el bajo de Javier Colina, interpretando la popular El Manisero, abrieron con notas dulces y cómplices la velada del Palau de la Música Catalana, en la que se destacó la valía como periodista de Antonio Franco. El eco de la palabra complicidad vibró con una especial sonoridad gracias a la acústica del edificio, y a que todos los que subieron al escenario la pronunciaron.

Ante una primera fila que ocupaban la infanta Cristina, la familia Asensio Mosbah y autoridades, la periodista Julia Otero dio la bienvenida a los invitados, entre los que también se encontraban periodistas, como Luis del Olmo, y el presidente del FC Barcelona, Joan Laporta.

Desde la tarima, Otero dio paso a un vídeo sobre los inicios del Grupo Zeta, y sobre su apuesta de futuro por las nuevas tecnologías, puesto que su objetivo, remarcó la presentadora, ha sido siempre "ampliar los horizontes de la comunicación".

A continuación, y tras otra proyección sobre las cuatro ediciones anteriores del premio, tuvieron lugar algunos de los minutos más emotivos de la noche, cuando, en otro vídeo, compañeros de Franco resumieron su amistad con él.

Además de Juan Luis Cebrián, consejero delegado del Grupo Prisa, y Joan Rigol, expresidente del Parlamento catalán, Josep Pernau, su "maestro" en el Diario de Barcelona, explicó una anécdota entrañable: cuando en 1978 Franco recibió la oferta de Asensio para ir a El Periódico de Catalunya , sus compañeros de la redacción donde trabajaba le escribieron en una pancarta: "Tuvimos a un Franco malo 40 años y ahora que tenemos un Franco bueno solo nos dura 40 días".

Palabra de cariño

Joan Manuel Serrat, por su parte, hizo un esfuerzo sintético y, como sabía que otros amigos alabarían la "profesionalidad" y la "defensa obsesiva de las libertades y la justicia" de Franco, él solo destacó: "Yo voy a decir simplemente que le quiero".

Menos mal que Bebo y Colina volvieron al escenario. Así, Franco tuvo un poco de margen para contener la emoción y agradecer el premio, aunque recalcó que parte del mismo iba para sus padres, su familia y "unos cuantos centenares de periodistas" que le han permitido "ejercer el periodismo con eficacia y decencia".

El broche musical lo puso Bebo, en esta ocasión acompañado por su sobrina Mayra Caridad Valdés, que interpretó Lágrimas negras, el éxito que el pianista cubano grabó con Diego el Cigala . Y el broche final lo sirvió Sagardi, con una cena para los invitados consistente en entrantes variados, ensalada de cítricos, rape con cebolletas confitadas y crema de limón con mouse de coco.