Cuatro de los seis supervivientes del derrumbe de la casa de Piera, en el que murieron cinco inmigrantes marroquís, aseguraron ayer a este diario que el dueño de la casa había tirado varias paredes y había apuntalado la planta baja tan sólo "cuatro o cinco días" antes del accidente. Su testimonio coincide con el de los vecinos de la finca siniestrada, que dijeron que en la casa se hacían obras, y confirmaría que el propietario, Mustafá Afilal, comenzó los trabajos de forma ilegal, ya que no tenía permiso municipal y el que solicitó, aún sin conceder, era para rebozar paredes y cambiar baldosas.

Los supervivientes de la tragedia no sólo desmintieron a Afilal en lo referente a las obras, ya que éste asegura que no había comenzado los trabajos en la casa. También le acusan de cobrarles 100 euros al mes (como ya adelantó ayer este diario) por dejarles dormir en una casa en obras y sin condiciones de habitabilidad.

Según los mismos testigos, 11 de los 12 inmigrantes que vivían dentro de la casa pagaban el citado alquiler desde hacía un mes y medio. En el derrumbe murieron cinco.