LOS FUERTES VIENTOS del oeste que desde la madrugada de ayer azotan Fuerteventura y Lanzarote han frenado la plaga de langostas rojas del desierto, que el fin de semana invadieron las dos islas. Los vientos han traído chubascos moderados, lo que ha complicado la supervivencia de los ortópteros, que llegaron al final de su ciclo vital para morir y que el lunes superaron los 100 millones de ejemplares en Fuerteventura, aseguró ayer Pedro Rodríguez Zaragoza, consejero de Agricultura del Gobierno de Canarias. V. S.