Detener y comenzar a reducir la propagación del VIH/SIDA" es el sexto objetivo de Desarrollo del Milenio que se planteó la ONU en la Cumbre del año 2000.

Durante estos días se ha difundido la noticia de que un equipo de investigadores norteamericanos ha llegado a la conclusión, prácticamente irrebatible, de que el virus del SIDA pasó a Estados Unidos desde Haití, y no desde Africa como se pensaba hasta ahora.

En gran parte de ese continente, según datos de UNICEF, la esperanza de vida sería de 62 años si no existiese el virus, pero pasa a 47 teniendo en cuenta la enfermedad. La tasa de infección en esta región del mundo en mujeres de entre 16 y 24 años es seis veces mayor que entre los hombres. Sus hijos pueden ser seropositivos al nacer, y el SIDA es la principal causa de muerte de la población.

Esta misma semana hemos conocido la esperanza de vida en España: 87 años para las mujeres y 83 para los hombres. Los números hablan por sí solos: cuarenta años de diferencia entre dos niñas que nacieran en el mismo instante, pero separadas por esa brecha de miseria y de enfermedades que parece tan difícil de erradicar.

Según la misma fuente, en el mundo, cada día, 7.000 jóvenes entran en contacto con el virus del SIDA: 2.555.000 cada año. El VIH/SIDA es una de las cuatro principales causas de mortalidad en todo el mundo, 8.000 personas mueren por su causa cada día.

Y todavía hay quien se permite la temeridad de rechazar el uso del preservativo, el método más barato y seguro para detener esta plaga que se ceba, como siempre, entre los que menos tienen.