El búnker donde encerró y violó a su hija durante 24 años no fue el único lugar donde Josef Fritzl, al que la prensa ya ha bautizado como el carcelero de Amstetten , sembró el horror. Eso al menos sospecha la policía austriaca, que ha reabierto el caso no resuelto hasta ahora de Martina Posch, una adolescente de 17 años cuyo cadáver apareció el 22 de noviembre de 1986 en el lago Mondsee 10 días después de que se la diera por desaparecida. "No hay ningún vínculo directo, pero el sospechoso Josef Fritzl estaba en esa región en el momento de la desaparición", informó el director de Seguridad Pública de la Alta Austria, Alois Lissl.

La joven Martina desapareció después de subir al vehículo de un desconocido en una parada de autobús. Su cadáver, que presentaba signos de violación, apareció a pocos metros de un restaurante de la zona propiedad de Fritzl. La policía nunca logró encontrar al asesino. "Lo que realmente nos dejó estupefactos fue que Martina se parecía muchísimo a Elisabeth, la hija de Fritzl. No podíamos creer lo que veíamos cuando pusimos las dos fotos (la de Martina y la Elisabeth) juntas", agregó.

Ahora, la policía busca en el búnker de Fritzl varios objetos personales de la asesinada Martina que nunca aparecieron, entre ellos, una bolsa de productos cosméticos, una chaqueta azul y un manojo de llaves. "Quizá los guardaba como trofeo", apuntó.

Además, una mujer austriaca aseguró, en declaraciones al diario Oberösterreichische Nachrichten , que Fritzl la violó hace 41 años. "Cuando vi las imágenes en televisión, supe que era él. Lo reconozco por sus ojos", afirmó la presunta víctima, que se mantuvo en el anonimato.

Además, la policía empieza a sospechar que Fritzl no actuó solo durante los 24 años que tuvo encerrada a su hija, a la que violó repetidamente y con la que tuvo siete hijos. "Alguien de su entorno tenía que saber algo", aseguró el responsable de la investigación del secuestro, Franz Polzer, quien anunció que los agentes van a interrogar a todas las personas que vivieron en los dos pisos inferiores que se alquilaban en la casa propiedad del secuestrador.

"100 personas han vivido en esa casa y queremos interrogarlos a todos para ver si notaron alguna cosa que pudiera ser anodina en su momento pero que ahora puedan ayudar a la investigación", dijo Polzer.

La investigación policial ha sacado a la luz la excelente posición económica de que disfrutaba el secuestrador, que era dueño de la casa familiar, de tres edificios con numerosos apartamentos y de locales comerciales, de otra casa y un terreno, por valor de dos millones de euros.

La repercusión internacional alcanzada por las atrocidades cometidas por Friztl contra su hija ha llevado al canciller austriaco, Alfred Gusenbauer, a intervenir y asegurar que va a iniciar una campaña de imagen para mejorar la reputación del país. "Austria no es el perpetrador. Se trata de un caso criminal inconmensurable, pero también aislado. No voy a permitir que el país entero sea el rehén de un solo hombre", dijo.

DONACION DE KAMPUSCH Mientras, Natascha Kampusch, la joven de 20 años que en el verano del 2006 logró escapar tras ocho años de secuestro, anunció ayer que va a donar 25.000 euros a Elisabeth y a sus seis hijos, según comunicó en una nota en la que también hizo un llamamiento internacional para recolectar dinero para la familia Fritzl, para lo cual ha abierto una cuenta especial en un banco austríaco.

Kampusch afirmó que se mantenía en contacto con el abogado de las víctimas y con las autoridades del Estado federado de Baja Austria para establecer lo antes posible dónde se requiere ayuda de forma concreta.