La incertidumbre en que entró todo el planeta el miércoles pasado, cuando la OMS elevó el nivel de alerta ante la evidencia de que el virus mexicano puede ser pandémico muy pronto, se prolongará entre dos y cuatro semanas. Ese es el periodo que, calculan los científicos de la OMS, tardará el virus en definir su posición, siempre mutante.

Pasado ese plazo, o habrá pandemia --y el 50% de la población europea estará infectada por el virus A/H1N1, según prevé el Centro Europeo para el Control de Enfermedades (ECDC, en inglés)--, o el peligro se habrá trasladado a la próxima réplica epidémica del virus A/H1N1, que, como ya está adaptado a la especie humana, puede repetir sus irrupciones con creciente o menguante potencia agresiva. Así se prevé que suceda.

Esta situación exigirá mantener en tensión durante las próximas semanas a las estructuras sanitarias de todo el mundo, y en guardia constante a los organismos con autoridad para acotar o impedir las actividades ciudadanas en función de cómo se comporte el microorganismo infeccioso. La velocidad y facilidad con que se está expandiendo la nueva gripe permite suponer a los epidemiólogos que el virus A no se verá forzado a incrementar su agresividad, de momento, para proseguir su avance infeccioso. Eso esperan. "Cuando a un virus le funciona su mecanismo expansivo, no muta de forma radical, y este se transmite con enorme facilidad", indica el epidemiólogo Antoni Trilla, responsable de emergencias en el Clínico de Barcelona. Ese primer ciclo benigno, no obstante, se dio en 1918, con la gripe española, que en su segunda ola fue terriblemente letal. El objetivo de todas las medidas --humanas, políticas y comerciales-- se centra ahora en reprimir la expansión del virus, una propuesta complicada.

EN DESVENTAJA Quienes más necesitan respuesta son los habitantes del hemisferio sur --entre ellos, argentinos y chilenos--, para los que el invierno se acerca, y con él la época propicia a los virus gripales. La vacuna antigripal preparada para esa zona no contiene al virus mexicano y los ciudadanos argentinos son conscientes de su peligro. "El hemisferio sur está en clara desventaja con el resto del mundo --reconoció ayer Keiji Fukuda, director adjunto de la OMS--. Es muy posible que las nuevas réplicas epidémicas del A/H1N1 surjan en esa zona del planeta, que estará en su época fría, antes que en el hemisferio norte".

De ahí que los epidemiólogos occidentales presionen a la OMS para que acelere la selección vírica con que tenía previsto componer la vacuna que se administrará en nuestro hemisferio el próximo octubre, y que incluya en ella trazas del nuevo virus mexicano. "Esa selección vírica debería hacerse ya, porque estamos en mayo y, si esperamos demasiado a ver cómo evoluciona el virus, corremos el riesgo de no tener vacunas adaptadas a la nueva gripe cuando llegue el otoño", afirma Trilla.

Si el virus mexicano sigue afectando a la población de 20 a 40 años, la próxima campaña de vacunación deberá incluir a ese segmento ciudadano, junto a los mayores de 60 que ya reciben el preventivo. "La OMS debería decidirse lo antes posible: es mejor asumir que puede haber un margen de error que no actuar", añade. En Europa, donde el virus se esparce sin control pero no causa infecciones graves, prevalecen las medidas preparatorias, entre ellas, alguna campaña en los medios --la del Reino Unido-- indicando las actitudes higiénicas que conviene seguir.

En España, la alerta actual se aplica a través de la ley de medidas especiales de la salud pública, que autoriza a los gobiernos autonómicos a recomendar u ordenar, según la gravedad del momento, el cierre de los lugares concurridos cuya actividad no sea imprescindible --escuelas, universidades y cines, entre ellos--. "No estamos en ese punto de emergencia, en absoluto, pero es correcto que los planes pandémicos autoricen esa eventualidad --afirma Trilla--. Las decisiones se van a ir adoptando día a día, en función del número de personas a las que vaya alcanzado la infección".

PANICO SI HAY MUERTES Lo que hoy puede resultar exagerado, resultará adecuado si el virus pasa a ser más agresivo. "Si empieza a causar muertes, la población puede entrar en pánico y solo funcionará lo que ya se conozca", aseguran. De ahí que consideren adecuado emitir mensajes con eficaces guías públicas que eviten tanto la acumulación de antivirales como el acopio de mascarillas.