La Expo de Zaragoza se ha puesto las pilas, pero no parece que vaya a ser suficiente. Tras admitir la organización, el pasado 30 de julio --justo en el ecuador del certamen-- que la previsión inicial de 7,5 millones de visitantes iba a ser imposible de asumir, el recinto celebró ayer la llegada de su visitante número tres millones. Recibida con toda la pompa y entre aplausos, la turista aterrizó en el recinto con 21 días de retraso sobre las primeras estimaciones.

El honor recayó en la catalana Rosa Espinosa, titular de un pase para acceder durante tres días a la feria. De seguir a este ritmo, y teniendo en cuenta que desde que empezó el mes de agosto la afluencia ha aumentado en unas 5.000 personas cada día --la media es de 53.846 entradas diarias--, la Exposición Universal del Agua de Zaragoza cerrará con un balance ligeramente superior a los 4,5 millones de visitantes.

Si la cifra se confirma, la cita aragonesa se quedará un 40% por debajo de las estimaciones iniciales de público y a un 30% respecto a la revisión de 6,5 millones hecha unas semanas después de la apertura del recinto.