Ríete tú de las cajas de truenos. El mundo social duerme encima de un pozo sin fondo de miserias y rencores. No hay quien se salve, da igual llamarse Pajares, Pantoja o Borbón, a la que a un pariente le da por sacar su memorial de agravios, le siguen una lista de parásitos con más peligro que el anopheles. Desde hace unas semanas va circulando por ahí la triste historia de Emanuela Dampierre, esposa del infante Jaime de Borbón y madre de los malogrados Alfonso y Gonzalo de Borbón. La señora protagoniza un libro de memorias escrito por Begoña Aranguren, especialista en arrancar confesiones a personalidades de avanzada edad para que salgan a la luz cuando hayan pasado a mejor vida.

Esta vez, Aranguren pensó que la historia de Emanuela, quien acusa a su familia Borbón de todos sus males, era lo suficientemente truculenta como para ser contada en vida de la protagonista y decidió hacer un libro. La autora, como se recordará, estuvo casada con José Luis de Vilallonga, autor de El rey, la biografía autorizada de Juan Carlos. La unión de Aranguren y Dampierre es pues un ajuste de cuentas a dos bandas. La primera demuestra a su exmarido que ella también puede escribir de realeza y la segunda saca todas sus penas que son muchas.

A raíz del libro publicado, han vuelto a entrar en escena Carmen Harto y Mercedes Licer, exesposas de Gonzalo de Borbón y Mirta Miller, exnovia del duque de Cádiz. Puede que Emanuela Dampierre haya saciado su sed de venganza, pero lo que está claro es que Aranguren y las ex de los hermanos Borbón se van a forrar a cuenta de las penas de una anciana a quien se le han muerto dos hijos y un nieto.