Las corrientes oceánicas causan que las urbes de la costa europea tengan temperaturas más suaves que sus equivalentes en latitud de la costa americana, y que éstas sean más temperadas que las urbes del Pacífico en Asia. Así, la temperatura medie en enero en Lisboa es de de 10,5 , frente a --0,4 de Nueva York y --13,7 de Vladivostok. Islandia es casi un vergel comparado con Alaska o Groenlandia situadas a igual distancia del polo. En Reikiavik, la capital más al norte del planeta, la media de enero es de --0,3 .