Marina García Portillo es una adolescente cacereña que está a punto de cumplir 16 años, estudiante del instituto Profesor Hernández Pacheco y a la que le gustaría estudiar medicina o cualquier carrera relacionada con la rama de ciencias. Está pasando por unos días muy felices debido al tan deseado verano y porque a finales del pasado mes de junio se proclamó campeona de Europa con la selección española femenina sub-17 en Nyon (Suiza). El conjunto nacional se impuso a Irlanda del Norte por 4-1 en la tanda de penaltis, tras el empate sin goles en el tiempo reglamentario. Además de este título a nivel europeo, cuenta con el subcampeonato de España, que alcanzó con la selección extremeña.

Esta aficionada a la Real Sociedad vive intensamente el verano, el cual será muy diferente al de cualquier joven de su edad. El mes de julio lo está pasando "descansando y disfrutando de los amigos", cuenta. Pero a partir del 2 de agosto volverá a ponerse la camiseta y calzarse las botas para preparar la pretemporada con su equipo, el Femenino Cáceres, y le tocará esperar impaciente a que el día 15 salga la lista de convocadas del seleccionador Jorge Vilda para el Mundial, que se celebrará en el mes de septiembre.

Juega como centrocampista y su ídolo, Xavi Hernández, es para ella el "mejor jugador" y con el que comparte posición dentro de los terrenos de juego. Seguro que ha disfrutado el Mundial. Marina recibió hace dos años la Bota de Oro y más recientemente se le ha reconocido su buen trabajo tanto en el equipo en el que milita como en las selecciones española y extremeña con el galardón de "Fútbol Draft", premio por el que se reconoce a los mejores canteranos de España independientemente de la categoría en la que compitan. En la ceremonía de entrega de este galardón, celebrada en el Santiago Bernabéu, Marina coincidió con jóvenes figuras del deporte rey, como Sergio Canales o Bojan.

Declara sentirse "muy feliz porque éste era el primer año en el que se entregaba este premio a chicas". También menciona el "desigual reconocimiento que existe entre el deporte masculino y femenino", y manifiesta que "del fútbol femenino no se puede vivir porque está a años luz del masculino". En cuanto a su presencia en la selección española expresa su felicidad porque ser convocada significa un reconocimiento del seleccionador a su trabajo.

La vida de Marina transcurre entre sus estudios y el fútbol. "Con mi equipo entreno tres días por semana alrededor de una hora y media y con la selección extremaña un día por semana, si ésta tiene alguna competición cercana". La preparación de la selección regional se hace en cualquier ciudad extremeña por lo que se ve obligada a desplazarse frecuentemente.